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El Libro del Génesis describe cómo Jacob lloró durante los veintidós años en los cuales José había desaparecido. 

Nada lo consolaba. Nadie podía consolarlo. Uno pensaría que después de 22 años, el dolor por la muerte de un ser querido disminuiría, obteniendo así un poco de facilidad con el paso del tiempo, pero en este caso no fue así. ¿Por qué? Debido a la falta de un cierre. ¿Por qué? ¡Debido a que José no estaba muerto!

Por más de 2000 años el pueblo judío está de luto por la destrucción del Templo Sagrado. En cada ocasión festiva se acordó de su pérdida. Ninguna boda tiene lugar sin el vidrio roto. Cenizas de luto se colocan sobre la frente del novio y una sección de una casa nueva se deja sin pintar o sin terminar. Todo en recuerdo de la destrucción y del exilio de Sion. Uno podría preguntarse, «¿Por qué seguimos llorando después de 2000 años?» ¿Por qué no podemos superarlo y seguir adelante? ¿Por qué? Porque nunca hubo un cierre. ¿Por qué? Debido a que los ladrillos y las piedras del Templo fueron destruidos, pero la promesa divina sigue en pie, el Templo será reconstruido y hasta ese día Sión nunca será olvidado.

Un día de agosto (en Tishá BeAv, el día que marca la destrucción del  primer y segundo Templo) Napoleón estaba caminando por una calle cuando se detuvo frente a una sinagoga. Oyó a la gente llorando dentro. «¿Qué están haciendo los judíos», preguntó al soldado que tenía a su lado. «Ellos están de luto por la destrucción de su Templo».

«¿Cuando sucedió eso?»

«Hace alrededor de 2.000 años.»

«¿Ellos todavía están llorando después de 2000 años? Una nación que llora tanto tiempo nunca cesará y seguramente volverán a su tierra y a ver la reconstrucción de su templo».

¿Qué fue lo que motivó a Napoleón para hacer tal afirmación? Se entiende que la conexión entre las personas y el lugar es exclusiva. Uno no puede vivir sin el otro. Al igual que el pueblo judío está vivo, también lo está Sion.

Los judíos todavía lloran después de 2000 años, porque se dan cuenta de la grandeza de lo que se perdió y anhelan su regreso como un padre que sabe que su hijo ha desaparecido, pero que no está muerto.  Esperamos que Sion sea restaurada y que el Templo sea reconstruido.

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