Por Shmuley Boteach

El pasado año fue testigo de una lucha feroz por la supervivencia del Estado judío, tanto en el ámbito militar como en el de las relaciones públicas. Israel venció a Hamás en el campo de batalla de Gaza, aunque con sensibles bajas. Pero en la guerra de las relaciones públicas cosechó una derrota colosal.

Cuatro meses después de la guerra, Israel se encuentra más asediado internacionalmente que nunca.

En el año que empieza puede que asistamos a la imposición de sanciones a Israel por parte de laUnión Europea. Por si esto no fuera suficientemente impactante, ha habido informaciones que hablan de posibles sanciones por parte de la Administración Obama.

Sin lugar a dudas, la batalla de las RRPP continúa. Los implacables enemigos de Israel huelen sangre y, como buenos tiburones sedientos de ella, seguirán ejerciendo presión.

Ha llegado la hora de invertir las tornas. Ha llegado la hora de reforzar nuestras filas. Necesitamos ampliar la recluta de defensores de Israel, y unirnos cada vez más en la lucha por Israel. De particular importancia son los dos campos donde más puede contribuir la diáspora judía: los medios de comunicación y las universidades.

En cuanto a los medios de comunicación, ya hemos echado la bola a rodar. El año pasado llevamos a cabo campañas publicitarias a favor de Israel en la prensa escrita, la radio, la televisión y las redes sociales. En los últimos meses nuestra organización, This World: The Values Network, ha producido anuncios que exponen la crueldad infanticida de Hamás, el prejuicio antiisraelí de William Schabas, los obscenos abusos a los derechos humanos en Irán y la humanidad de Israel, que persiste en los más altos niveles de moralidad en combate incluso cuando se defiende de amenazas genocidas. Muchos de nuestros anuncios han copado páginas enteras de The New York times, The Wall Street Journal, The Los Angeles Times y USA Today.

Pero Israel necesita mucho más. Debemos llevar la guerra de las RRPP a nuestros enemigos revelando la hipocresía, la corrupción y las mentiras de organizaciones como Students for Justice in Palestine (SJP).

Lo que nos lleva a la guerra en los campus.

Nuestra organización ofrecerá financiación a los grupos de estudiantes que luchen por Israel.Queremos ayudar a quienes den un paso más allá del activismo comunitario de base y hagan una defensa de Israel que produzca impacto en toda la universidad.

Esto significa –por dar algunos ejemplos– hacer manifestaciones contra la incitación de SJP en los campus, celebrar actos públicos de largo aliento en los que se denuncie la monstruosa farsa de la Semana del Apartheid Israelí y hacer campañas de imagen que arrojen luz sobre los abusos contra los derechos humanos perpetrados por los enemigos de Israel, especialmente Irán y Hamás. Los estudiantes preparados para la organización de campañas y actos públicos son aquellos con los que deseamos colaborar. Alimentar a los pequeños grupos proisraelíes con noches de horah y falafel no será suficiente. Ha llegado la hora de que ampliemos nuestros horizontes, de llegar más allá de nuestros círculos familiares y cambiar la tendencia predominante en los campus.

El mundo necesita saber a qué se enfrenta Israel y por qué es odiado. Aquellos que persiguen imponer un orden islamista radical en Oriente Medio, haciendo retroceder la región a la Edad de Piedra, odian a Israel por sus libertades democráticas. Europa está haciendo el ridículo al prestar su apoyo a esta barbarie, incluso aunque tengan la amenaza en casa. Nuestra misión es dejar esto bien claro.

Tratamos de exponer la hipocresía de líderes palestinos como Omar Barguti, fundador del movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel), que aunque pretende hacerse con un -–subsidiado– doctorado por la Universidad de Tel Aviv tiene la desfachatez de tachar a Israel de Estado segregacionista que practica el apartheid. Barguti se boicotea a sí mismo al pedir el boicot contra las instituciones académicas israelíes, ya que él forma parte de ellas. Todo esto sería cómico si no fuera trágico. Hay que airearlo.

Pretendemos patrocinar más debates que junten en los campus a los mejores defensores de Israel con quien quiera poner enfrente el BDS, en la confianza de que Israel puede ganar y ganará en el terreno de ideas.

Me parece increíble que algunas delegaciones de Hillel se plenteen invitar a Peter Beinart como conferenciante cuando planean celebrar un acontecimiento proisraelí, incluso cuando hace llamamientos al boicot de todos los bienes manufacturados procedentes de Judea y Samaria. Por cierto, el amigo Peter utiliza productos chinos aunque China lleve ocupando el Tíbet desde 1950. Por lo mismo, uno puede suponer que Beinart no tiene problema alguno en consumir productos turcos a pesar de que Turquía ocupa la mitad de Chipre desde 1974. Beinart se ha labrado fama de judío muy crítico con Israel. Su inconsistencia y doble rasero a la hora de hablar de Israel merecen ser divulgados.

Cuando estuve en Israel vi una democracia vibrante, laboriosa y saludable, una sociedad heroica que mantiene su humanidad y decencia al tiempo que viene siendo objeto de amenazas y hechos genocidas en sus más de 60 años de existencia. Ahora bien, me chocó que los israelíes no sean del todo conscientes de cómo su país ha empezado a ser vilipendiado en todo el mundo. ¿Y quién puede culparlos? Bastante tienen con protegerse de los constantes ataques y asesinatos terroristas.

En definitiva, ya es hora de que los judíos que vivimos fuera nos unamos a la batalla para proteger el buen nombre y la reputación de Israel. Pero necesitamos actuar rápido, antes de que se produzcan daños irreparables a la integridad y el prestigio del único Estado judío que hay en el mundo.

The Algemeiner

Fuente: elmed.io©