El se cumplirán veinte años de la guerra contra el terrorismo post ataques a territorio de EE.UU. Este artículo busca diferenciar a la guerra propiamente de las distintas campañas que a mi juicio en ella existen. Veamos eso.
Por Guillermo Lafferriere, publicado en la página de Semanario Hebreo Jai
Antes de zambullirme directamente al tema del hilo, le comentaba a un querido amigo que deseaba comenzar haciendo una referencia que me parece viene a cuento. EE.UU. claramente recibió un ataque exterior sobre objetivos en su territorio, y como consecuencia de ello, decidió dar una respuesta a los perpetradores. Esa actitud, la de buscar que quienes cometieron la acción pagaran por su ataque es algo que en esta playa, a muchos resulta «difícil» de entender. Y claro nosotros, en Argentina recibimos dos ataques terroristas, patrocinados por Irán a través de Hezbollah, uno de sus varios grupos armados, y por décadas nos hemos limitado a esperar que otro se encargue de ese tema o directamente nos contentamos expresando que nuestra justicia ha resultado irrelevante en el tema; cuando la irrelevancia es del propio país.
Pero vayamos al tema, esa guerra contra el terrorismo, justa en mi mirada, tiene al menos cuatro campañas que deben ser explicadas. Mencionaré el nombre de c/u y realizaré un desarrollo sobre ellas, expresando que las dos primeras están en pleno desarrollo.
Campaña de Inteligencia c/terrorista: Esta es una acción que existía, pero que ha tomado un creciente impulso desde el 11 S. En ella participan los principales servicios de inteligencia mundiales: EEUU, Rusia, China, Francia, UK, Alemania, Israel, India, Pakistan, Turquía, Italia y una larga lista, diría que llega hasta nuestras playas; donde se intercambia inteligencia o información (la inteligencia es una información que ha sido contrastada con otros datos existentes en archivos) sobre estos grupos, y ello a pesar que existen competencias e intereses divergentes entre muchos de esos servicios, pero el extremismo es para todos una amenaza, aunque en ciertos casos, algunas naciones utilizan a grupos terroristas como herramientas de sus operaciones especiales de inteligencia. Este no es en modo alguno un campo lineal, sino uno extremadamente sinuoso, pero vital en esta guerra.
Campaña de Fuerzas Especiales c/terroristas: Esta se nutre de la anterior, y a la vez le sirve de medio de reunión de información, aunque también se nutre a si misma para sus acciones. Los actores son más reducidos, en función de necesitar de un fortísimo respaldo político para sus operaciones y la capacidad logística para llevarlas adelante en cualquier parte del globo, y en su mayor parte en absoluto secreto. ¿En qué consiste la misma? Reconocimiento de potenciales blancos, destrucción de figuras críticas de las organizaciones, sostenimiento de grupos locales enfrentados a los terroristas, guía de ataques aéreos tripulados o de drones sobre blancos puntuales, destrucción de infraestructura logística, eliminación de cargas transportadas a terroristas, etc. El «compartir» estas acciones con otros países suele ser mucho más restrictivo, pues al hacerlo se pone en evidencia capacidades tácticas que solamente se comparten con aliados críticos. Vayamos a las dos siguientes.
Campaña en Afganistán: A ella me he referido en extenso en las últimas semanas, y pueden releer mis hilos o notas sobre ella. En mi perspectiva, esta campaña, donde acciones de las dos primeras fueron llevadas adelante junto a otras acciones militares y no militares; fue aún en su dilatada duración y a que la misma fracasó en obtener objetivos políticos muy por encima de golpear al terrorismo; es solamente una parte de la guerra al terrorismo, y no el núcleo central de la misma. Lo fue quizás al inicio de la misma, pero se desvirtuó posteriormente.
Campaña en Irak: Debo decirles que dudé de incluirla, aunque decidí hacerlo pues Washington colocó a la misma dentro de la guerra al terrorismo. En un libro que publiqué en 2003 (BDU – Ensayos Militares sobre la Guerra del Golfo del año 2003 (siu.edu.ar)) advertía sobre no pocas de las situaciones que en ella se dieron. La misma a mi criterio fue en realidad parte de miradas de posicionamiento estratégico de algunos actores que en la anterior Guerra del Golfo de 1990 no pudieron imponer sus asesoramientos sobre el presidente Bush (padre). Esta campaña que finalizó formalmente en el 2011, permitió generar un gobierno local en condiciones de batallar por su supervivencia. Les propongo ahora hacer algunas conclusiones sobre esta guerra.
a. Ha sido exitosa en cuanto a dificultar en un grado altísimo la ejecución de ataques masivos como los del 11 S, no solamente en EEUU, sino en Europa y otros países (en ciertas playas se confía en el auxilio, siempre oportuno de los dioses…).
b. No hay lugar alguno del planeta donde los terroristas islámicos puedan especular con que están a salvo de una acción contra ellos. Ellas pueden ser llevadas adelante por cualquiera de las naciones que participan en la campaña de FFEE, en relación directa con zonas de operaciones que entre esos actores consideran como «propias de su área de interés», evitando en lo posible afectar aspectos que pueden ser considerados inapropiados por los aliados ad hoc que esta guerra ha generado, exclusivamente enfocados al enemigo común.
c. Luego de las campañas en Afganistán y en Irak, difícilmente EEUU pueda, al menos por un tiempo, realizar despliegues abiertos como los que Francia hace en Africa para combatir al terrorismo islámico. Paris tiene fuerzas expedicionarias en ese continente desde hace tiempo ya, operando por su cuenta o combinadamente con fuerzas locales en el combate a los grupos terroristas. Ese ejemplo francés, podría haber sido útil en Afganistán y hoy tendríamos tropas de EEUU combatiendo terroristas, incluso con otros aliados allí, sin haber entrado en las gigantescas dificultades de llevar adelante un nation building, que llevó a la debacle y al enorme peligro que Afgansitán hoy representa. Finalmente, esta guerra contra el terrorismo islámico no cesará, claramente porque la amenaza existe y persistirá durante buena parte del Siglo XXI. Los cambios que debieran darse para que ella desaparezca son los propios de aquellos que la historia ha mostrado pasan ciertas religiones para resolver sus miradas más extremas; y el recurso militar será eficiente para mantener a los terroristas a la defensiva, aunque no bastará para alcanzar un final de esta guerra. Y naciones como Irán,que hacen un empleo desembozado del terror como medio de ejercer el poder, si pueden verse frente a una situación límite en algún momento. Ojalá estas playas no nos ponga del lado equivocado en esta guerra…