AP /Hatem Moussa
Gaza airstrikes

A mediados de Noviembre de 2018, la última semana de Marzo de 2019 y desde ayer, se han desatado 3 rondas de violencia entre el Hamas en Gaza y las Fuerzas de Defensa de Israel. Desde ayer (4.5) en la mañana han sido lanzados más de 600 cohetes hacia la población israelí.

Por: Roni Kaplan

Un tercio del país estuvo parado, 230 mil alumnos no fueron a la escuela el día de hoy, 3 israelíes fueron asesinados, y más de 100 heridos. Esto muestra a las claras la erosión del poder de disuasión de Israel frente a Hamas.

Las últimas rondas, Hamas decide efectuar la escalada de violencia en una coyuntura de agenda limitante para Israel. Hace un mes la ronda fue unos días antes de las elecciones nacionales. Hoy, 5.5, la ronda es unos días antes de la conmemoración de día del Recuerdo a los Soldados Caídos y a las víctimas del terror (8.5), la celebración de los 71 años de independencia (9.5), y el evento Eurovision (14-18.5).

La crisis humanitaria en la franja de Gaza, principalmente producto del mal manejo de recursos que ha hecho el Hamas los últimos 12 años, es el principal elemento que retroalimenta la violencia que emana de la franja. Cuando esta violencia es orquestada por Hamas, se direcciona hacia Israel. En unos pocos casos, el pueblo gazatí ha direccionada la violencia hacia autoridades oficiales del Hamas. A su vez, los ataques aéreos israelíes son el principal elemento que desescala la ola de violencia desde Gaza hacia Israel.

El interés central del Hamas es, o al menos debería ser, quedarse en el poder, y para lograrlo, debe disminuir los enormes niveles de insatisfacción popular, producto de una crisis humanitaria en la franja que es real. Tiene 2 caminos para hacerlo: el camino corto-largo es exportar esa insatisfacción popular hacia Israel y el camino largo-corto es hacerse responsable de la situación, buscar una salida pacífica a la crisis y construir de cara a futuro.

El interés central de Israel es, o al menos debería ser, restaurar la calma, la seguridad y la sensación de seguridad a su población civil en el sur del país, que vive bajo bombardeos insoportables, de tanto en tanto cuando se le antoja a la dirigencia del Hamas o de la Jihad Islámica. Este interés israelí conlleva la necesidad de desmilitarizar Gaza de sus cohetes y misiles.

En este orden de cosas, y en esta lógica de debilitamiento de la disuasión frente al Hamas y el resto de grupos armados en la Franja, es probable que el interés israelí necesite de otro tipo de estrategia de acción para llegar a buen puerto.

Hasta ahora, la concepción estratégica de Israel parece haber sido que existe una fórmula, una senda equilibrada, para llegar a un acuerdo de cese de fuego con Hamas, sin que Hamas deje de exportar la insatisfacción popular hacia la población civil israelí y sin que -en paralelo- el gobierno israelí le ordene a su ejército ejecutar un plan operativo para eliminar la amenaza de lanzamientos de cohetes y misiles hacia Israel.

Al tomador de decisiones Israelí, se le está cerrando el abanico de opciones, y su pueblo le está solicitando ordenarle a las Fuerzas de Defensa de Israel (y a la comunidad internacional) que elimine la amenaza de cohetes y misiles hacia Israel.

Se trata de unos 20 a 22 mil cohetes y misiles en Gaza, que es solo un 10% de la cantidad de misiles y cohetes que amenazan el país en su frontera norte, y mucho menos del 10% en términos de calidad del armamento. El significado sería dejar de llevar adelante una política de contención de los ataques del Hamas, la Jihad Islámica Palestina y otros grupos armados y pasar a un ataque más masivo. De lo contrario, esta contención, en el contexto del Medio Oriente, seguirá siendo interpretada como una suerte de flaqueza a los ojos de sus rivales en Gaza, lo que generaría un precio cada vez más alto para conseguir su interés estratégico- devolverle la calma y seguridad a la población civil del sur del país.

Desde el punto de vista israelí, la estrategia adecuada sería aquella que pase un mensaje inequívoco a Hamas: “Estamos dispuestos a que Hamas siga gobernando la franja de Gaza, siempre y cuando dejen totalmente de lanzar cohetes hacia Israel”. Cómo? Definitivamente las Fuerzas de Defensa de Israel tienen los planes operativos para hacerlo. Un vez que ese mensaje esté claro y sea respetado en el terreno, será el tiempo de Israel de apoyar, aún más de lo que lo hace, la economía Gazatí y llegar a un status quo económico entre las partes. Mientras que el gobierno Israelí no le ordene a su ejército desarmar Gaza, seguirá subiendo el precio a pagar por la contención.

Luego de un mes de celebración de las elecciones nacionales, se vislumbra con mayor claridad que la propaganda que llevó a la victoria al Likud, bajo el lema de “derecha fuerte” en contraposición de la “izquierda débil” del centrista Gantz (términos utilizados por el Likud), no es más que un slogan electoral. No existe tal dicotomía, al menos no en el caso de Gaza.

Roni Kaplan fue portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel para la prensa hispanoparlante y asiática en los últimos conflictos armados con el Hamas, y Jefe de enlace de las Fuerzas de Defensa de Israel con Naciones Unidas en límte con Líbano hasta el año 2015.

Fuente: Aurora