La fiscal general Gali Baharav-Miara asumió oficialmente su cargo el martes, luego de la confirmación unánime del gabinete a su nombramiento.
Fuente: Aurora
La exfiscal de distrito de Asuntos Civiles de Tel Aviv es la primera mujer en asumir el cargo en la historia de Israel. Reemplazará a Avichai Mandelblit, que renunció después de completar su mandato de seis años el 31 de enero.
Baharav-Miara asume el cargo en medio de tensiones por el presunto uso ilícito de spyware por parte de la policía contra sospechosos y no sospechosos, incluidas personas de interés en el juicio del ex primer ministro Benjamín Netanyahu.
“Tengo la intención de poner el tema de la confianza pública en el sistema legal en la cima de mis prioridades”, dijo en una ceremonia de bienvenida en Jerusalén.
“En los últimos días, ha habido una disminución preocupante en la confianza del público en el asesoramiento legal público y los sistemas de aplicación de la ley. Me vienen a la mente varias razones, incluido el impacto de eventos externos y ataques al poder judicial y la aplicación de la ley. Pero es un error atribuir la disminución de la confianza pública en el fiscal general únicamente a partes externas”, aseveró la flamante funcionaria.
Al comentar sobre las acusaciones de software espía, Baharav-Miara dijo que “naturalmente, uno de los primeros temas que abordaré son las acusaciones sobre las medidas utilizadas por la Policía de Israel». El primer ministro Naftali Bennett dio a entender el lunes que Baharav-Miara se haría cargo de una investigación sobre el asunto.
“Este es un día de un nuevo comienzo y ese día siempre es optimista”, dijo en la ceremonia del martes el ministro de Justicia, Gideon Sa’ar, quien fue el principal patrocinador del nombramiento de Baharav-Miara.
“Se está haciendo un nuevo comienzo sobre los gloriosos cimientos de esta institución, la oficina del fiscal general, que ha hecho una contribución histórica para inculcar los valores del estado de derecho en el servicio público del Estado de Israel”.
Sa’ar ha expresado su intención de dividir el papel del fiscal general, que actualmente se desempeña como asesor legal del gobierno y como fiscal jefe del estado, lo que significa que la misma persona puede encargarse de supervisar el enjuiciamiento de miembros del gobierno y la defensa de sus movimientos, una situación que, según algunos, crea un conflicto de intereses.
Mandelblit se había opuesto a tal división, pero, según los informes, Baharav-Miara está dispuesta a hacerlo.