Una carta personal del Sgto. Haitham, un soldado beduino que siguió los pasos de su padre ofreciéndose a servir como voluntario en las FDI.
“Al igual que hizo mi padre, puedo servir en el ejército y devolverle algo a mi país.”
“Tenía solo dos meses de edad cuando mi padre murió sirviendo en las FDI. No tuve la oportunidad de conocerle. No tengo memorias de él, solo imágenes. Pero, según las historias que he oído, me puedo imaginar lo parecidos que hubiésemos sido. Me dicen que no solo me parezco a él, sino que también actúo como él. “Tu padre nunca pudo decir no a nadie”, dicen. “Nunca dejó de dar.” Estoy seguro de que he heredado esta cualidad de él.
Mi padre sirvió en el Batallón de Reconocimiento del Desierto en nuestra frontera norte. Como beduino, no tenía que alistarse. Yo seguí sus pasos y, como él y muchos otros miembros de mi familia, decidí alistarme. Para mí, fue una decisión obvia. Este es mi ejército, Israel es mi país; lo amo y quiero devolverle algo.
Cuando me alisté y conocí a las personas a mi alrededor, descubrí la fuerte impresión que mi padre causó en los demás. A dondequiera que voy, la gente le conoció y tiene buenos recuerdos de “Kamil el rastreador”; mi padre. Uno de mis buenos amigos, que conocí en el ejército, mencionó que mi apellido le resultaba familiar, que lo había escuchado antes. Resultó que nuestros padres habían servido juntos. Eran como hermanos.
Quería servir en el Batallón de Reconocimiento del Desierto, como hizo mi padre. Quería seguir su camino, servir en su unidad. Pero soy el hijo menor y mi madre no lo permitió. “No tengo problema en que te alistes”, me dijo, “pero de ningún modo te alistaras en el Batallón de Reconocimiento del Desierto.” Estaba decepcionado, pero comprendí su objeción. En su lugar, elegí servir donde podía, y hoy sirvo en el Centro de Logística de las FDI. Estoy orgulloso de que, al igual que mi padre, puedo servir en el ejército y devolverle algo a mi país.”
Fuente:IDF Blog y Radio Jai