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Ayer comenzamos a estudiar el libro de Yoná. Explicamos que Dios ordenó a Yoná que fuera a Nínive, la capital de Asiria, y la ciudad más grande del mundo en ese entonces (siglo VIII aec).

Allí, Yoná tenía que advertir a la gente que HaShem destruiría la ciudad si continuaban con su corrupción y abusos. Hoy, comenzaremos a analizar el tercer pasuq del libro de Yoná, que describe la reacción del profeta a la petición de Dios:

‘ויקם יונה לברח תרשישה מלפני ה

Pero Yoná [no obedeció la orden Divina] y se aprestó a escapar a Tarshish, huyendo de la presencia de Dios.

Sorprendentemente, el profeta desobedece la orden directa de Dios y trata de escapar.Antes de abordar la pregunta principal de este extraordinario libro —por qué razón Yoná rechaza la misión que Dios le encomienda— reflexionemos un momento el acto de desobediencia de Yona.

LIBERTAD DE ELECCIÓN
Yoná no es el único Profeta que no quiere asumir una misión Divina de esta naturaleza. Convertirse en un emisario Divino para comunicar al pueblo Su mensaje de advertencia —lo que se llama en hebreo nebuáo profecía— también Yirmiyahu o incluso Moises trataron de evitar ser designados como profetas. Pero sin dudas, el hecho que Yoná trata de huir “físicamente” de Dios representa el rechazo más extremo a llevar a cabo la misión Divina. A la vez, el accionar de Yoná nos demuestra una vez más la extensión del principio judío de “libertad de elección”. Los seres humanos tenemos la opción de obedecer o incluso desobedecer a HaShem. Dios, por su parte, nos manifiesta Su voluntad pero no interviene en nuestras mentes convirtiéndonos en Sus robots. La inteligencia humana, a diferencia de la futura inteligencia artificial, nos permite pensar, evaluar y finalmente elegir nuestras ideas, principios y valores. Lo que le ocurrió a Yoná, en cierta mediada nos ocurre todos los días. Cuando desobedecemos o ignoramos la Torá nos estamos comportando como Yoná. Ejercemos nuestra libertad de desobedecer, y “escapar” de la orden Divina. En estos días, previos a Yom Kippur, nos dedicamos a reflexionar y reconocer que al haber desobedecido a HaShem nos hemos alejado de Él. Y ahora ejercemos nuevamente nuestro libre albedrío para retornar (Teshubá) a Dios, obedeciendo Su voluntad.

TARSHISH
Yoná se aleja de Dios e intenta escapar a Tarshish. ¿Dónde queda Tarshish y por qué Yoná quiere huir específicamente a Tarshish? Tarshish está en una dirección diferente a Nínive. Pero hay varias opiniones respecto a su ubicación. Una opinión es que Tarshish es Tarso, una ciudad en Turquía a 15 millas del mar Mediterráneo. Otros comentaristas dicen que podría ser Tiro, en la costa del Líbano. Sin embargo, el historiador romano Rufus Festo Avienus (siglo IV) identificó a Tarshish con Cádiz, una ciudad portuaria famosa en España. En la antigüedad, los griegos llamaban a la parte sur de la península ibérica (Cádiz, Sevilla, etc.) Tartasus, que era una región famosa por sus minerales y metales. El profeta Ezequiel (27:12) menciona el alquitrán, la plata, el hierro, el plomo y el estaño que importaban desde Tarshish. Ahora bien, si Tarshish está en España, en os tiempos de Yoná, huir a Tarshish equivaldría a huir“al fin del mundo”. Sabemos que para los griegos o incluso los fenicios las Columnas de Hércules, lo que conocemos hoy como el estrecho de Gibraltar, era literalmente el fin del mundo que conocían, antes del interminable océano Atlántico. Yoná intentó escapar lo mas lejos posible de Dios (ver más adelante), al lugar más lejano que podía concebir.

TESHUBA
Pero ¿cómo es posible que Yoná haya pensado que se puede huir de Dios? Los judíos creemos que Dios es Omnipresente y está, y existe, en todos lados (מלוא כל הארץ כבודו). Nuestros rabinos abordaron esta pregunta y formularon una bellísima respuesta (un poco vergonzosa para aquellos de nosotros que todavía no estamos donde deberíamos estar). La nebuá, la profecía, la comunicación directa entre Dios y un ser humano, sólo es posible en el tierra de Israel. Es por eso que Yoná no huye a pie o a caballo hacia el norte o hacia el sur, sino que se hace a la mar: la forma más efectiva de alejarse de la tierra [de Israel]. El Dios de Israel “reside” en Israel, y allí es donde Su voz puede ser escuchada. Escapando de Israel, Yoná intenta escapar de Dios.

Continuará

Por: Rabino Yosef Bitton

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