Gracias al blog JewishMom por el material. Publicado el 3 de marzo de 2015

El Rabino Shalom Arush, junto con el Rabino Lazer Brody shelita estuvieron de gira acá en Toronto y dieron una charla el martes 12-11-2013. En ese momento, yo tenía 45 años

Pero permítanme contarles un poco de mí: durante cerca de veinte años salí en citas con la intención de casarme, pero a pesar de todo el esfuerzo, no me había casado. Solamente soñaba con conocer a la mujer indicada y pasar el resto de mi vida junto a ella mientras construíamos juntos un hogar de Torá.

La crítica más común que las mujeres con las que salí tenían acerca de mí era que yo era “demasiado bueno”.

Les cuento que leí los libros del Rabino Shalom Arush y que me encantan sus enseñanzas de emuná. En aquella ocasión, cuando habló el Rav Arush, le dijo al público que Hashem es nuestro Padre que nos ama y entonces preguntó: “¿Qué padre no quiere que sus hijos sean felices?” Lo único que tenemos que hacer es pedirle a Hashem lo que queramos y Él nos lo va a dar. La Bendición ya está flotando sobre tu cabeza esperando caer encima de ti, pero tú, por tu parte, tienes que pedir exactamente aquello que quieres. Por eso ¡ahora todos a ponerse de pie! Pídanle a Hashem exactamente lo que quieren. No tengan vergüenza!”.

Me puse de pie, igual que otros tantos en la sala, y pronuncié exactamente qué clase de mujer hacía tanto que estaba esperando conocer. En realidad no tenía qué perder y no me importaba verme como un perfecto idiota hablando solo. Estaba harto de estar siempre solo y quería encontrar mi alma gemela de una vez por todas!

Le pedí a Hashem alguien que me amara tal como era y que no pensara que yo era “DEMASIADO” bueno. De hecho, quería alguien que viera mi bondad como una ventaja, no como un estorbo. Le supliqué que me hiciera conocer a una mujer a la que yo le resultara atractivo y que a mí me resultara atractiva. Alguien inteligente, divertida y que disfrutara de mis chistes. Tal vez era mucho pedir, pero, como dice el tango, “el que no llora, no mama…”.

Exactamente cinco días más tarde, recibí una llamada telefónica de alguien a quien había conocido en un almuerzo de Shabat un año antes, que me llamaba ahora para decirme que tenía a la mujer perfecta para mí y que iba a estar en Toronto el viernes 22 de noviembre. Pensé que era demasiado perfecto como para ser verdad. Le pregunté: “Si ella es tan perfecta, entonces ¿por qué no sales tú con ella?”. Él me respondió que ella era demasiado religiosa para su gusto. Estuve de acuerdo en que esa es  una razón de peso y decidí hacer el intento, sin darme cuenta de que esta era la respuesta a mis plegarias.

Mi amigo me dio el nombre y el teléfono de la joven en cuestión. Resulta que ella estaba harta de salir con hombres que no la trataban bien y soñaba con conocer a alguien que fuera amable y considerado con ella.

Me puse a pensar que durante todos aquellos años ella había aprendido a apreciar mis cualidades y yo estaba pasando por la prueba de no perder mi emuná en que iba a encontrar a una buena chica.

La pasé a buscar y me quedé perdidamente enamorado de ella incluso antes de que dijera una sola palabra. La verdad es que le habría propuesto matrimonio ahí mismo pero eso seguramente le habría resultado bastante raro, así que salimos saliendo y esperé como seis meses antes de preguntarle si quería casarse conmigo.

Finalmente nos casamos el 7 de septiembre de 2014 en Brooklyn, New York, gracias a Dios.

El Rabino Shalom Arush es algo increíble! Hashem es increíble! Y ciertamente es nuestro Padre. Nuestro Padre cariñoso que nos ama infinitamente, que quiere que Le pidamos exactamente lo que queremos. Igual que yo con mi mujer!

Fuente: Breslev en Español