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Sigue la conmoción en Israel ante el aumento sostenido de casos de coronavirus en la última semana, con 1.130 nuevos contagios en 24 horas, de acuerdo al reporte del Ministerio de Salud del viernes por la tarde. El primer ministro Netanyahu aseguró que el país está atravesando un «gran brote», ante la superación de la marca de los 10.000 casos activos, y llamó a la población a reducir los contactos con personas dentro del grupo de riesgo.

Fuente: Iton Gadol/  Agencia AJN

Es la primera vez desde el comienzo de la pandemia en la que se rompe la barrera de los 10.000 casos activos, con 566 casos nuevos desde la medianoche del jueves. Hasta el momento, el máximo había sido de 9.808 infecciones activas registradas el 15 de abril.

El aumento de casos positivos está ligado al progresivo crecimiento en la cantidad de testeos, que alcanzaron un record el jueves, con 24.732 pruebas en un solo día.

«Al comienzo de la semana estábamos con una cifra de 450 infectados y hoy estamos en casi 1.000 infectados por día», escribió el primer ministro en su cuenta de Facebook. También dijo que las nuevas restricciones que entraron en vigor el viernes por la mañana eran necesarias para contener el brote y pidió a los israelíes que se adhirieran a las directrices de distanciamiento social, entre ellas el uso obligatorio de máscaras en los lugares públicos.

«Sé que el uso de una máscara nos irrita a todos en el calor israelí de julio, pero no hay otra opción», manifestó el mandatario.

«No puedes abrazar a tus abuelos ahora, todos nosotros debemos proteger a nuestros padres y a todos los que están dentro del grupo de riesgo», agregó.

El Ministro de Salud Yuli Edelstein dijo que desde el punto de vista médico Israel debería estar de nuevo en un cierre, pero que el gobierno también se centra en el impacto económico de reinstaurar un nuevo encierro. «Está muy claro que si se mira sólo el aspecto médico, habríamos cerrado todo ayer y puesto a todos en cuarentena», dijo Edelstein al Canal 12.

«Esa no es mi manera y no es la manera del gobierno. Estamos continuamente tratando de navegar entre los elementos, pero necesitamos la cooperación del público, dijo.

Después de que el número de casos diarios bajara a dos dígitos en mayo, tras semanas de bloqueo en todo el país, nuevas infecciones surgieron en junio tras la reapertura de la economía y las escuelas, lo que llevó al gobierno a reducir las restricciones.

El viernes por la mañana entraron en vigor nuevas limitaciones a las reuniones públicas, con la mayoría de los eventos en interiores limitados a 20 personas, aunque las sinagogas, salas de eventos, bares y clubes pueden tener hasta 50 personas.

En medio del aumento de los casos, la policía dijo que durante el fin de semana se estaba haciendo cumplir las normas de distanciamiento y que lanzaría una campaña de aplicación de la ley centrada en los salones de eventos.

Aunque ha limitado las reuniones, cerrado las zonas altamente infectadas y reinstaurado la controvertida vigilancia de los portadores por parte del servicio de seguridad del Shin Bet, el gobierno se ha abstenido de volver a imponer un cierre nacional para frenar el brote debido al daño económico que tal medida causaría.

Entre los casos activos, 77 personas se encontraban en estado grave, de las cuales 27 estaban con respiradores. Otras 69 personas se encontraban en estado grave y el resto tenía síntomas leves o eran asintomáticos.

De las 28.055 personas infectadas desde que comenzó el brote en Israel, 17.699 se han recuperado.

El Ministerio anunció una nueva muerte por el virus, con lo que el número de víctimas mortales a nivel nacional asciende a 326.