El director general del Ministerio de Salud, Nachman Ash, indicó que a medida que los números de casos de COVID-19 continúan disminuyendo, Israel puede permitirse aliviar cada vez más restricciones. Sin embargo, instó a la precaución teniendo en cuenta el comienzo del invierno y pidió que la población utilice el tapabocas en espacios cerrados.
Fuente: Aurora
“A medida que la morbilidad disminuye, podemos aliviar [las restricciones]», dijo Ash a Radio 103FM, Las cifras del Ministerio de Salud publicadas hoy mostraron que se identificaron 1.325 casos nuevos en todo el país, frente a los más de 10.000 por día que se registraron en agosto y septiembre. La positividad actualmente es del 1,4 por ciento en casi 90.000 pruebas, lo que representa la cifra más baja en casi tres meses.
Hay 385 pacientes graves, entre los cuales 164 requieren de asistencia respiratorio. El número de fallecidos desde el comienzo de la pandemia es de 7.976.
Hay solo dos ciudades en todo el país que tienen más de 500 casos activos. Por un lado, Jerusalén, con 2.122 y por otro Tel Aviv, con 689. Hace un mes, eran 16 las ciudades israelíes con más de 1.000 casos activos en cada una de ellas.
A pesar de que la tendencia es alentadora, Ash advirtió que «la morbilidad todavía está aquí, no nos quitaremos los tapabocas pronto».
«Mientras más personas se vacunen, más tranquilos podemos estar con respecto a los temores de otro brote», dijo. Sin embargo, también expresó: «Me temo que la morbilidad podría aumentar nuevamente en el invierno».
Asimismo, precisó que la protección que ofrece la tercera vacuna, dada a casi cuatro millones de israelíes, será más duradera que las dos primeras.