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Previo a la aparición de la variante Ómicron, se produjo un estudio israelí sobre el COVID-19. Este descubrió que las personas de 50 años o más con tres dosis poseían una mortalidad de un 90% menor que aquellas que no poseen el último refuerzo.

Fuente: Aurora

Publicada en la revista New England of Medicine, la investigación se basó en datos de la organización de mantenimiento de la salud Clalit. Esta examinó a los que habían tenido la segunda dosis al menos cinco meses antes.

En julio pasado, Israel pasó a ser el país en el mundo que inició la campaña de vacunación para dar la tercera dosis. Los individuos mayores de 50 años fueron los elegibles para aplicarla en agosto. Los investigadores estudiaron la información de 843.208 personas, de las cuales 758.118 (90%) recibieron la nueva inyección durante este periodo.

Las estadísticas se ajustaron con factores sociodemográficos y condiciones médicas coexistentes. Se confirmó que la gente que ya tenía la tercera dosis una semana posterior que se les aplicara esta nueva vacuna.

El jefe de medicina comunitaria de Clalit Doron Netzer añadió que esta aplicación de refuerzo fue efectiva de una manera que raramente se ve. Y agregó: “Muy pocas intervenciones médicas pueden atribuirse a una reducción de diez veces en el riesgo de mortalidad, como encontramos para la vacuna de refuerzo”.

Sin embargo, lo que aún queda por verse es cuán eficaz será ante la variante Ómicron, algo que se está evaluando. Pfizer está haciendo este paso y recién para marzo tendrá respuestas y conclusiones al respecto.

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