El establishment nazi consideró que el juego era irrespetuoso con el régimen, ya que presentaba el trabajo duro y sistemático como un juego de azar. Consideraban que limpiar Alemania de judíos era una política metódica y minuciosamente meditada.
(Comunicado de la portavoz de la Universidad de Tel Aviv)
En vísperas del Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, una nueva muestra en la biblioteca Wiener para el Estudio de la Era Nazi y el Holocausto, en la Universidad de Tel Aviv, presenta el atroz juego de mesa infantil “¡Judíos fuera! (Juden Raus), fabricado en la Alemania nazi por una oscura compañía denominada Guenther and Co., a finales del 1938, probablemente, tras los sucesos de la Kristallnacht (la Noche de los Cristales Rotos, también llamada el Pogromo de Noviembre).
El profesor emérito José Brunner, director académico y presidente del Comité Científico de la Biblioteca Wiener, explica que el juego se parece a un juego inocuo, que en su momento fue popular en Alemania, pero con un giro de maldad. Los jugadores tienen la tarea de recoger rápidamente seis “sombreros judíos” de zonas residenciales y comerciales judías de la ciudad, y llevarlos a uno de los puntos de redada. El primer jugador que lo logra, es el que gana la partida. Una de las leyendas del tablero indica: “Váyanse a Palestina”.
El profesor Brunner señala: “¡Judíos fuera! Es claramente el resultado de años de flagrante incitación y antisemitismo, que prevalecieron en la sociedad alemana de los años ’30-hasta el punto de que alguien tuvo la idea de que expulsar a los judíos era una temática apropiada para un juego infantil. No obstante, el juego era considerado una excepción, incluso en esa época. La mayoría de los niños jugaban a juegos que les enseñaban la historia del partido nazi, cuándo fue establecido y cómo se había desarrollado, mientras que este juego, enseña expresamente a los niños a deportar a los judíos”. El profesor Brunner agrega que los datos sobre la historia del juego son controvertidos, y algunos de los mismos, incluso contradictorios. Sabemos, sin embargo, que el juego fue distribuido por un comerciante de alimentos, denominado Rudolf Fabricius.
La Profesora Dina Porat, del Departamento de Historia Judía de la Universidad de Tel Aviv, agrega: “En la década del ’30, los niños en las escuelas y jardines de infantes alemanes, que recibían su educación del partido nazi, jugaban a numerosos juegos que los alentaban a identificarse con las instituciones partidarias. El juego exhibido en la exposición, debe considerarse en el contexto de los materiales de estudio en las escuelas y jardines de infantes nazis, como una edición especial de los “Protocolos de los Sabios de Sión” para niños, o el libro infantil de terror “La Seta Venenosa”. Durante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, aquellos que habían recibido esta clase de educación desde una edad temprana, podían ser claramente distinguidos de las generaciones mayores, educadas en una Alemania diferente”.
No obstante, el profesor Brunner agrega que aunque el juego es claramente antisemita, e incluso utiliza el eslogan nazi “Judíos fuera”, no fue muy bien recibido por la clase dirigente nazi. Un artículo publicado el 29 de diciembre de 1938, en el semanario de las SS “Das Schwarze Korps”, criticaba duramente el juego, afirmando que el mismo, era irrespetuoso con la política nazi de limpiar Alemania de judíos, ya que presentaba el trabajo duro y sistemático como un juego de azar, mientras que en realidad, la limpieza era un plan metódico y minuciosamente considerado. El juego, tampoco fue bien recibido por el público alemán, y las ventas fueron evidentemente muy bajas. Aunque en términos económicos, el juego fue un fracaso y probablemente, no muchos niños lo jugaron, es una prueba de que donde reina el odio racial, habrá algunos emprendedores que tratarán de sacar provecho de ello.
La Universidad de Tel Aviv recibió el juego en los años ’70 junto con el completo archivo Wiener de Londres, conteniendo decenas de miles de documentos del período nazi. El juego, de inmediato llamó la atención de los directores de la Biblioteca, y en el transcurso de los años, fue exhibido, cada tanto, a los visitantes de la Biblioteca, en su mayoría, investigadores académicos. Por lo que se conoce, el juego que posee la Biblioteca Wiener es uno de los pocos originales que quedan en el mundo. La colección de la Biblioteca, incluye también el semanario de las SS “Das Schwarze Korps”, donde fuera publicada la crítica del juego.
Fuente: Gov.il