Anti-Israel protests in Iran. (AP Photo/Muhammad Sajjad) (AP Photo/Muhammad Sajjad)

Analizando quiénes lloran la muerte de Soleimani

El ataque certero del viernes 3 de enero de madrugada en el aeropuerto de Bagdad en el que Estados Unidos mató al poderoso General Qassem Soleimani, jefe de la fuerza “Al Quds” de la Guardia Revolucionaria de Irán, fue una acción clara de lucha contra el terrorismo. Aunque multitudes llenaron las calles de las ciudades iraníes en las que se llevó a cabo la procesión fúnebre- porque Soleimani se había convertido en un símbolo nacional- entre los que lo lloraron no estaban por cierto las víctimas de la represión del régimen al que representaba. No estaban los familiares de todos los iraníes detenidos y torturados en las cárceles del país por disentir o manifestar en contra. En Irak no se lamentaron tampoco los familiares de los 1500 civiles eliminados en la violenta represión de las manifestaciones contra la presencia iraní en el país, a los que “Al Quds” obligó a pagar altas sumas de dinero para recuperar el cuerpo de sus seres queridos y publicar comunicados diciendo que se habían suicidado.

Tampoco lo lloran seguramente los familiares de las enormes cantidades de muertos en Yemen y Siria, donde los esfuerzos desestabilizadores de Irán provocaron o agravaron las respectivas guerras que tantas vidas cobraron.

Qassem Soleimani era, junto al líder supremo de Irán el Ayatollah Ali Khamenai, el principal responsable de la canalización de grandes sumas de dinero a fomentar y continuar guerras fuera del país, apoyando a elementos terroristas en distintos sitios, a expensas de las necesidades de la ciudadanía iraní.

Con esta singular tarjeta de presentación, no es difícil comprender quiénes sí lo lloraron además por cierto del propio liderazgo de la República Islámica.

Desde Líbano, el Secretario General de Hizbala Hassan Nasrallah, el brazo de Irán en Líbano, no sólo lamentó la muerte de Soleimani sino que exhortó a que toda la “resistencia” reaccione con atentados suicidas contra blancos norteamericanos e israelíes. Entendamos la semántica. Lo de “resistencia” suena romántico, pero ese término en boca de Nasrallah, equivale a las fuerzas más reaccionarias del mundo, los que cuelgan homosexuales en las plazas y detienen mujeres que no van cubiertas de pie a cabeza.

A este ilustre apoyo de Nasrallah a Irán, se agrega el del régimen de Nicolás Maduro. Simbólico que justamente se haya dado un día antes que las tropas fieles a su dictadura impidiera por la fuerza la entrada de parlamentarios opositores, encabezados por Juan Guaidó, a la Asamblea Nacional. Es la misma línea, el mismo enfoque peligroso para la libertad.

Claro que no podían falta los terroristas de Hamas y Jihad Islámico que enviaron desde Gaza condolencias al Canciller iraní Javad Zarif. Ismail Haniyeh, jefe de Hamas, recordó que Soleimani “apoyaba los derechos del pueblo palestino”. Claro…los derechos palestinos tal cual son vistos por los grupos terroristas, los que siempre se opusieron a un intento de diálogo y búsqueda de acuerdos de paz con Israel.El Irán de los Ayatollas siempre estuvo del lado de los que rechazaron todo tipo de negociación de paz, apoyando en forma práctica a quienes preparaban bombas para sabotear cualquier tipo de negociación.

Zarif agradeció a Haniyeh por su llamado y prometió que Irán “continuará apoyando los derechos del pueblo palestino y la Resistencia en defensa de su tierra y los santuarios”. Pobres palestinos…con amigos así, que los sumen en un futuro oscuro, realmente no precisan buscar enemigos.

Hay que reconocer que la terminología terrorista es bastante original. No está claro si se la creen o simplemente saben que algunos la tragarán sin analizarla. “La muerte de Soleimani es una pérdida gigantesca pero al mismo tiempo será un modelo para todos los musulmanes y la gente libre en el mundo, en relación a cómo enfrentarse a Estados Unidos y la entidad sionista”, declaró Ziad Nahale, Secretario General del Jihad Islámico, el brazo de Irán en Gaza.

Vayamos por orden: ¿”la gente libre en el mundo”? ¿A quién se referirá? Seguramente no a los iraníes. Ni a los musulmanes víctimas de las guerras internas azuzadas por la Fuerza “Al Quds” de Soleimani .

Y de aquí pasemos a la obsesión iraní y de los diversos terroristas, todos aquellos que el diablo cría y se juntan solos, los sunitas de Hamas y Jihad Islámico, los chiitas de Hizbala: la “entidad sionista”. Traduzcamos: Israel.

El operativo fue ordenado por Trump, llevado a cabo por Estados Unidos, pero desde el viernes están prometiendo venganza contra Israel. Ahora Nasrallah le da un giro interesante de tuerca al tema, asegura que Israel quería eliminar a Soleimani pero como no podía o tenía miedo, le pidió a Estados Unidos que lo haga. No tiene ni sentido comentarlo.

Mohsen Rezaei, ex líder de la Guardia Revolucionaria, declare este domingo en Teherán que Irán podría apuntar hacia Haifa y otros centros como Tel Aviv, como parte de la venganza. “Estén seguros que aplastaremos a Haifa y otros centros israelíes, de modo que Israel será borrado”.

Lo interesante es que Irán tiene claro que juega con fuego con Israel, pero se ha enamorado de su retórica de guerra y parece que no puede contenerse.

Todo esto provoca mucha ira. Pero también repugna la hipocresía. En su discurso, el jefe de Hizbala contó que dijo recientemente a Soleimani que su rostro aparecía en los diarios norteamericanos y que lo iban a asesinar. “ Me respondió ´es lo que deseo´. El querido y amado hermano Soleimani logró lo que quería su corazón. Murió como un mártir”, dijo Nasrallah. Claro que hasta que llegó a ese punto, se las organizó muy bien para que muchos otros mueran antes que él.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai

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