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Román Abramóvich, el empresario dueño del Chelsea de Inglaterra, decidió dejar Rusia y mudarse a Israel. Según la prensa local, el magnate llegó a Tel Aviv el pasado jueves y está tramitando su ciudadanía para fijar allí su nueva residencia.

El diario Israel Hayom consignó que Abramóvich posee en Tel Aviv una parcela que le costó 21 millones de euros en el selecto barrio de Neve Tzedek y su intención ahora es construirse allí un palacete.

Al potentado ruso se le caducó el visado británico el pasado mes de abril y no ha podido prolongarlo hasta la fecha. Por esta causa no pudo estar presente, el pasado 19 de mayo, en la final de la FA Cup entre el equipo del que es propietario, el Chelsea, y el Manchester United. Se perdió presenciar la victoria de los suyos por 1 a 0.

En Israel, Abramóvich tiene ya intereses y mucho dinero metido en inversiones a través de sus fundaciones, Norma Investments, Ervington Investments y Millhouse, en proyectos de todo tipo, pero especialmente en los sectores de las telecomunicaciones y las altas tecnologías.

Las autoridades israelíes lo elogian también por sus generosas donaciones. Según «The Jerusalem Post», el magnate ruso se gastó en enero 25 millones de euros en crear en la Universidad de Tel Aviv un centro con 16 laboratorios para el desarrollo de nanotecnologías, que será el más importante en todo Oriente Próximo. Israel Hayom informa además de la donación de 17 millones de euros al Centro Médico Sheba para su departamento de investigación radiológica.

Fuente: Radio Jai