Albert Bourla, director ejecutivo y presidente de Pfizer, aceptó el Premio Génesis anual de un millón de dólares de 2022 en Jerusalem. Anunció que donará los fondos al Museo del Holocausto de Tesalónica, Grecia, su ciudad natal.
Hijo de sobrevivientes del Holocausto, Bourla llevó a su empresa a desarrollar la vacuna Pfizer contra el COVID-19 en nueve meses. Se estimó que las vacunas salvaron casi 20 millones de vidas en el primer año que estuvieron disponibles.
El premio anual se entrega desde 2014 a “individuos extraordinarios por sus destacados logros profesionales, su contribución a la humanidad y su compromiso con los valores judíos”. En la ceremonia asistieron 900 personas, entre los que se destacaron el presidente israelí Isaac Herzog y su esposa Michal.
En la misma, Bourla recordó a sus padres. Le dio crédito a su madre Sara, a quien un soborno salvó de un pelotón de fusilamiento segundos antes de que le dispararan. Al respecto de Bourla, Herzog dijo: “No se dejó intimidar por las apuestas altas, por los detractores, por la conspiración o por la política. Creía en la vacuna e invirtió cada gramo de sí mismo en realizar lo que en ese momento parecía una fantasía descabellada. La vacuna se desarrolló a una velocidad récord, utilizando la tecnología del mañana para contener con éxito una pandemia devastadora”.
Un portavoz de la Fundación Premio Génesis enfatizó que GPF era una “compañía de beneficio público israelí totalmente independiente”. Y que las “personas o entidades sancionadas” no participaban en ella.
Docenas de manifestantes se reunieron frente al Teatro de Jerusalén para protestar por el homenaje a Bourla y el uso del dinero de los oligarcas para el premio. Dentro, el evento comenzó con el reconocimiento a Ucrania y se mostró un montaje fotográfico de la destrucción que está causando la invasión rusa en dicho país.