El Primer Ministro recibió en su oficina a soldados con necesidades especiales
En los días previos a las Altas Fiestas, tanto en Israel como en las comunidades judías del exterior, se llevan a cabo numerosas reuniones y brindis de Rosh Hashaná. En Israel, cada ministerio y cada partido tuvo su “lejaim”, el Presidente Reuven Rivlin invitó al Cuerpo Diplomático y el Primer Ministro Biniamin Netanyahu se reunió con el Estado Mayor de Tzahal, entre otras actividades.
Pero nos atrevemos a afirmar que el Lejaim más singular que realizó Netanyahu fue con “Gdolim Bemadím”, jóvenes con necesidades especiales que decidieron presentarse como voluntarios en Tzahal y enrolarse, lo cual les supone por cierto un gran desafío.
El nombre de este marco lo dice todo: “Gdolim bemadím”, o sea “Grandes de uniforme”. Grandes en espíritu, en empeño, en determinación a lidiar con sus respectivas limitaciones.
Hoy en día 335 jóvenes participan en el programa, que se lleva a cabo en 26 bases de Tzahal.
El programa nació hace aproximadamente una década con el declarado objetivo de incorporar a las Fuerzas de Defensa de Israel a jovencitos con discapacidad, para prepararlos a una mejor inserción en la sociedad aspirando a que puedan luego llevar adelante una vida lo más independiente posible.
En el marco de su servicio militar “los jóvenes reciben la misma oportunidad que otros para experimentar trabajo productivo, junto con gente común y corriente”, explican en “Gdolim bemadim”. “El ejército es para ellos una casa protectora que los recibe tal cual son”, agregan.
Con mucha razón, en el programa explican que “esto aporta también a los otros soldados en cada base, haciendo desaparecer barreras en cuanto a la aceptación de personas diferentes, algo que tiene gran incidencia en el futuro”-
Hace pocos años entrevistamos en una base de la Fuerza Aérea a una joven soldada, Bat El Lizmi, que lidiaba con desafíos especiales tanto en lo cognitivo como lo motriz, a pesar de lo cual había insistido en presentarse como voluntaria a Tzahal. Sus comandantes nos decían que viéndola a ella, su empeño y tenacidad, ningún soldado podía permitirse inventar excusas para no trabajar.
Ana Jerozolimski – Semanario Hebreo Jai