La joven Gabriela Rodríguez tiene 26 años. Cuando tenía apenas 8 meses, el 18 de julio de 1994, Gabriela perdió a su mamá Silvana Alguea.
Fuente: Aurora
Silvana fue una de las 85 personas asesinadas en el atentado de la AMIA, donde trabaja en el área Social.
Ahora su hija, Gabriela, protagoniza el vídeo conmemorativo de los 26 años del atentado a la AMIA, un emotivo tributo a la vida de su mamá y de todas las víctimas con un mensaje contundente sobre la importancia de la memoria y exigiendo que se haga justicia.
“Mi mamá no se murió. A mi mamá la mataron, la mataron como a otras 84 personas en el atentado a la AMIA, hace 26 años, cuando yo tenía 8 meses. Obligada, aprendí a vivir sin mi mamá. No quiero resignarme a vivir sin justicia», menciona Gabriela durante el video.
El director de Arte y Producción de AMIA, Elio Kapszuk, fue el responsable de la idea del video: “Gabriela tiene la misma edad del atentado y representa a una juventud a la que muchas veces se le hace creer que la memoria es un ancla de hierro, una carga que nos ata al pasado, que no nos deja crecer, que hay que soltar para ser dueños del futuro. Esto es una falacia peligrosa”, advierte Kapszuk.
“Su historia nos permitió plasmar de manera muy gráfica la respuesta a la pregunta acerca de qué significan 26 años, y por qué el olvido no puede triunfar. Trabajar la historia de una persona que era bebé al momento del atentado nos pareció un camino que nos permitía mostrar el paso del tiempo, y destacar la importancia de recordar”, resalta.
El vídeo «Mamá” fue realizado por el director y animador Juan Pablo Zaramella, mediante la técnica de «stop motion», que consiste en generar un efecto de movimiento mediante la sucesión de múltiples imágenes fijas.
Las imágenes que componen «Mamá» son una secuencia de fotos estáticas que crean la ilusión de movimiento. “Podemos decir que en el stop motion, hay que empujar, las fotos, cuadro por cuadro, para producir un efecto. Con la falta de justicia, ocurre algo similar. Hay que empujar y traccionar para que la impunidad no nos gane y para que la memoria individual y colectiva siga renovando y sosteniendo el reclamo de justicia”, compara Kapszuk.