A pesar de que el comité de mapeo no ha suspendido por completo su trabajo debido a COVID-19, los funcionarios reconocen que el trabajo preparatorio para definir el territorio exacto que Israel podría anexarse el 1 de julio se ha retrasado debido a la pandemia.
Fuente: Aurora
Por un lado, el comité de mapeo, cuya tarea es delinear las fronteras exactas del área a la que Israel aplicaría la soberanía, requiere realizar un trabajo minucioso en el terreno, lo que no ha sido posible debido a las medidas de confinamiento. Y por otro, está el hecho de que los funcionarios de la Casa Blanca a cargo del archivo de anexión, el asesor principal del presidente Donald Trump, Jared Kushner, y el enviado especial para el proceso de paz, Avi Berkowitz, no han estado en Israel desde antes de que el plan de paz de la administración se implantara en enero. También, la presencia de Scott Leith, director de Asuntos Israelíes y Palestinos del Consejo de Seguridad Nacional sería necesaria para completar el trabajo del comité y no está claro cuándo Leith podría viajar a Israel, antes de finalizar el proceso.
La Casa Blanca ha declarado que la conclusión del trabajo del comité de mapeo conjunto Estados Unidos – Israel es una condición que debe cumplirse antes de dar luz verde a la anexión, la cual ha prometido reconocer siempre y cuando Jerusalén lo haga sobre la base del plan de paz emitido por Washington a principios de este año. Por lo tanto, parece poco probable que la Casa Blanca apoye una anexión israelí antes de que Kushner y Berkowitz vengan a Israel a discutir algunos temas que están pendientes.
Según el acuerdo de coalición entre Likud y el partido Azul y Blanco, Israel puede avanzar en el plan de Netanyahu para aplicar la soberanía sobre el Valle del Jordán y los asentamientos en Judea y Samaria solo en plena coordinación con la Casa Blanca, no obstante, Netanyahu le dijo la semana pasada a su facción del Likud, que planea iniciar la anexión antes del 1 de julio, cuando se le permite llevar el tema a votación en el gabinete o en la Kneset.
Algunos ministros del Likud han dicho que el plan probablemente tendrá que retrasarse. Ze’ev Elkin, por ejemplo, dijo el domingo que no había garantía de que el trabajo del comité de mapeo se completara para el 1 de julio, y que la anexión probablemente tendría que esperar «unos días o semanas más».
El lunes pasado, Netanyahu mantuvo una conversación telefónica con Kushner y Berkowitz, en la que también participaron David Friedman, embajador de Estados Unidos en Israel, y Ron Dermer, embajador de Israel en Estados Unidos, sobre la implantación del llamado Acuerdo del Siglo, que incluye el plan israelí para anexar el 30 por ciento de Judea y Samaria.
Aunque no hubo declaraciones oficiales acerca del resultado de esta conversación, una fuente israelí de alto rango señaló que los estadounidenses querrían “ralentizar enormemente el proceso”.
En una reunión este martes con líderes del movimiento de asentamientos, Netanyahu les hizo saber que «las discusiones con los estadounidenses aún están en curso», refiriéndose al trabajo del comité de mapeo; sin embargo, los colonos han interpretado el mensaje como un endureciendo de Estados Unidos en su postura sobre la anexión.