(Sgt. Ori Shifrin/IDF Spokesperson's Unit)
Caracal female IDF

En nuestra frontera con Líbano todo parece estar tranquilo, pero a pocos minutos de la frontera, están nuestros soldados observando a todo momento.

Reportando desde nuestra frontera

Desde lejos, no hay indicación que los pueblos y ciudades están controladas por el grupo terrorista Hezbollah y la única razón por la cual hay silencio en la frontera es porque Hezbollah se encuentra actualmente peleando en la guerra civil de Siria. Israel no quiere que se empiecen a generar problemas y el Hezbollah no puede permitirse el lujo.

Nosotros sabemos que el silencio en la frontera es un silencio engañoso. Si el Hezbollah decide abrir fuego contra Israel, nosotros tenemos que estar preparados para responder lo más rápido posible. Eso significa que Israel tiene que conocer a nuestro enemigo y eso es exactamente lo que hacemos en las FDI.

Ojos en el campo

 

Docenas de nuestras soldados siempre controlan la frontera con Líbano. Ellas se sientan enfrente de estaciones y cada una de ellas controlan varias pantallas que transmiten imágenes de lo que ocurre. Si llega a pasar algo o hay actividad sospechosa, ellas llaman a un oficial para que vaya a evaluar la situación. Si hay un vehículo que viaja cerca de la valla, las soldados pueden seguirlo a lo largo del camino. Ellas no quitan los ojos ni un segundo de las pantallas.

La cabo Maya nos explica qué es lo que ve en las imágenes, “Nosotras conocemos todos los carros, casas y personas en la frontera. Nosotras sabemos quien es del Hezbollah, del ejército de Líbano o alguien que vino a cazar.” Frecuentemente, operativos del Hezbollah se acercan a la frontera para recolectar información pero ellos trabajan en ropa civil y hace el trabajo de reconocerlos mucho más difícil.

 

Miembros del Hezbollah fotografiando la frontera de Israel

Un trabajo exigente

Los soldados del centro de control de esta base de la FDI son mujeres y casi todas ellas tienen menos de 20 años. Después de completar el entrenamiento básico y un curso avanzado, ellas dejan sus casas para controlar sus estaciones en turnos de 4 horas trabajo/8 horas descanso. El ambiente en los cuartos de control es muy relajado. Las mujeres se ríen juntas. “No salimos mucho a casa y trabajamos turnos largos, así que nos volvemos muy buenas amigas,” dice la cabo Dana. “Nosotras celebramos festividades juntas. Yo veo más a las soldados del cuarto de control que a mi familia.” El trabajo puede ser muy exigente, pero ellas entienden la suma importancia que tienen.

 

Las mujeres observan objetivos específicos y analizan a personas desconocidas. La información recolectada es sumamente importante. “No todos entienden lo que nosotras hacemos,” dice la cabo Dana, “pero los soldados combatientes entienden lo importante que es. Cuando ellos tienen actividad operacional, nos dicen que los cuidemos desde lejos.” Los soldados en el campo no conocen el terreno y cualquier vehículo o persona puede ser el enemigo. Pero nuestras soldados en los cuartos de control conocen esta frontera como la palma de sus manos y saben quién o qué es una amenaza.

 

Cuidando nuestras casas

En tiempos de guerra, la información recolectada por ellas hace toda la diferencia porque gracias a ellas, nuestras fuerzas saben que casas y que vehículos buscar. Si las FDI tienen que responder a un ataque de Hezbollah, la información recolectada por ellas nos ayuda a responder de manera más precisa.

Ambas Maya y Dana son de pueblos en el norte de Israel. Si Hezbollah fuera a lanzar un ataque en la frontera del norte, las soldados del cuarto de control serán las primeras en identificarlo. “Yo quería servir aquí porque es cerca de casa,” dice la cabo Dana. “Nosotros experimentamos la Segunda Guerra de Líbano y es muy importante que nosotras estemos aquí y cuidemos de nuestras casas.”

Fuente: Blog del IDF

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