El ex Jefe de la Fuerza Aérea israelí, fue nombrado Director General del ministerio
Por: Ana Jerozolimski, Semanario Hebreo Jai
Esta entrevista la publicamos hace ya unos meses, cuando entrevistamos al General retirado Amir Eshel, no por un puesto que estuviera ocupando en ese momento sino por su impresionante trayectoria y los pasos que había dado como Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Israel . Nos parece que ahora, al haberlo nombrado el flamante Primer Ministro alternativo y Ministro de Defensa Beni Gantz como Director General en el Ministerio de Defensa, un cargo de confianza que lo convierte en su colaborador más cercano, vale la pena volver a subirla.
El 4 de setiembre del 2003, casi 60 años después de la Segunda Guerra Mundial, aviones de combate sobrevolaron el campamento de exterminio Auschwitz. Pero no eran aviones aliados con bombas que decidieron no lanzar sino aviones de la Fuerza Aérea de Israel. Al frente de los tres aviones israelíes iba el del entonces Brigadier General Amir Eshel, que en ese momento era Jefe de la base Tel Nof de la FA y que tiempo después fue Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Israel.
“Nosotros, los pilotos de la Fuerza Aérea israelí, en el cielo del campo de los horrores, nos levantamos de las cenizas de millones de víctimas, y somos los portadores de su mudo grito, saludamos su heroísmo y prometemos ser el escudo del pueblo judío y su tierra, Israel”. Esas fueron las palabras de Eshel en la singular ocasión, hecha posible por una invitación a participar en las celebraciones por los 85 años de la FA de Polonia.
Hace pocos días nos sentimos privilegiados al lograr sentarnos con Eshel, quien nos concedió una apasionante entrevista.
P:Amir, usted fue Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Israel, un cargo cuya importancia es imposible subestimar, desde el punto de vista operativo, concreto, para la defensa de Israel, y por lo que simboliza también a ojos de las comunidades judías del exterior, donde también leerán esta entrevista. Y creo que uno de los temas que más unen a todo el mundo judío es el recuerdo de la Shoá. Este tema, que le tocó a usted también en su propia familia del lado materno, tuvo una singular incidencia en un hecho que pasará a la posteridad: el vuelo de aviones de la Fuerza Aérea de Israel sobre Auschwitz, encabezado por usted. Usted lo había pensado durante mucho tiempo ¿verdad?
R: Así es, mucho tiempo. Fue una vivencia especialmente fuerte, muy potente, tanto a nivel personal como nacional. Se acaba de cumplir 16 años de aquel vuelo y lo que vivimos al hacerlo quedó grabado a fondo. Además, es muy actual, muy relevante también hoy.
P: La oportunidad surgió por aquella invitación de los polacos a Israel.
R: Así es. La Fuerza Aérea de Polonia celebraba 85 años e invitó a 15 países amigos a participar. Israel era uno de ellos.
P: Y usted va corriendo a la oficina del Comandante de la Fuerza Aérea, el General Dan Halutz y le dijo que debe aceptar, pero que además, deben sobrevolar Auschwitz.
R: Así es. Pero la idea la había concebido 16 años antes a raíz de aquella revisación médica en una base militar en Alemania, aunque era en el marco de una maniobra conjunta, amistosa. Nos pusieron unos electrodos para un examen médico y a todos nos chocó…
P: Asociaciones evidentes.
R: Claro.Cada uno se guardó para sí en aquel momento lo que sentía. Pero a la noche compartimos unos con otros lo que eso nos había significado, una experiencia removedora. Entendimos que todos habíamos sentido lo mismo.
P: Lo interesante es que eso fue por la conciencia sobre la historia, sobre lo que había pasado en la Shoá, no por ninguna actitud hostil de parte de los alemanes.
R: Por supuesto.Fue como un flash histórico sobre el que no hacía falta decir nada.
P: Es como algún testimonio que oí de judíos que visitaron Alemania y que saltan si oyen que alguien dice “Achtung”, aunque sea en circunstancias absolutamente normales…
R: Exacto. En Alemania basta con oir el ruido del tren…Y cuando llegó la invitación polaca, la sensación era que todas las estrellas se ponían en orden, que surgía una oportunidad sin igual.
La voz de fondo, es la de Eshel, en aquel momento Brigadier General, diciendo: «Nosotros, los pilotos de la Fuerza Aérea israelí, en el cielo del campo de los horrores, nos levantamos de las cenizas de millones de víctimas, y somos los portadores de su mudo grito, saludamos su heroísmo y prometemos ser el escudo del pueblo judío y su tierra, Israel”.
El mensaje
P: ¿Sentía la voz de otras generaciones en ese mensaje?
R: Eso fue en el camino. Yo sentía ante todo que era algo clave para nosotros mismos, para la diáspora judía, para el mundo.
P: En lo que se refiere al mundo…¿el mensaje era “vean cómo volvemos”?
R: No, para nada. El 80% del significado que yo vi en ese vuelo era para nosotros mismos. Que el mundo piense lo que quiera. El mundo sabe que el Estado de Israel es muy fuerte. A veces los demás lo recuerdan más que nosotros mismos. Pero yo no pensé en ese momento en el mundo. Para nada. Para mí, lo central era el pueblo judío, tanto en Israel como en el exterior.
P: Se me ocurre que un mensaje es también “no lograron aniquilarnos”.
R: Ese es el tema. Pasaron 60 años entre el exterminio y el momento en que llegamos a sobrevolar Auschwitz. ¿Qué son 60 años en la historia? Nada. Y 60 años antes estábamos viviendo nuestra peor catástrofe, aunque ya se construía en la tierra de Israel. El mensaje central era que tenemos fortalezas de las que no somos conscientes. Hablamos mucho de las amenazas, los desafíos y claro está que no los minimizo. Pero la pregunta es cómo los abordamos: desde la fortaleza o el temor, que nos puede paralizar.
Yo he estado al frente de la mayor fuerza de Israel y considero que quien es fuerte, debe tomarse todo en serio, no hacer caso omiso, pero no vivir con miedo, asustado. Además, quien se siente débil se encierra todo el tiempo detrás de murallas. Somos fuertes, no debemos olvidarlo. Muy fuertes.
P: Cuando estaba allí arriba sobrevolando Auschwitz ¿usted sintió que si la Fuerza Aérea de Israel hubiera existido 60 años antes, todo habría sido diferente?
R: No. Me explico. Es indudable que si hubiera existido el Estado de Israel, la situación de los judíos habría sido otra, eso está claro. Los judíos habrían podido emigrar hacia el Estado de Israel. Pero no soy de los que dicen “llegamos 60 años tarde” .¿Habríamos atacado a los alemanes? No hay duda de que nuestra fuerza militar habría sido muy pequeña en ese momento.
P: Usted está haciendo un análisis práctico…pero sabe que no es a eso que me refiero.
R: Claro. Lo central es que si Israel hubiera existido, los judíos habrían tenido adónde ir. Ese es el ángulo, no la fuerza militar.
P: De acuerdo. ¿Qué sentido le dio usted a ese vuelo sobre Auschwitz?
R: Mucha gente está segura que cuando sobrevolamos Auschwitz les estábamos diciendo algo a Alemania. Pero para mí era más que nada como colocar un espejo ante nosotros mismos.
P: ¿Para ver qué?
R: Yo creo que lo clave aquí es entender dónde estuvimos y adónde llegamos, qué es lo que dice sobre nosotros el hecho que aviones de la Fuerza Aérea israelí sobrevolaron Auschwitz. Es algo más grande que todos nosotros. En Israel hay mucho cinismo, quizás menos en las comunidades judías del exterior. Hay mucho criticismo…es parte de nuestro carácter…
P: ¿Críticismo sobre qué?
R: A nosotros mismos.
P: Es muy cierto.
P: Creo que aquel vuelo era un llamado a mirarnos a nosotros mismos y entender lo que logramos. La memoria la preservamos de todos modos porque es muy fuerte. Pero ese vuelo no era para poner énfasis en el pasado ni en el destino judío. Hoy se habla mucho del destino judío, de todo aquello que se nos ha impuesto. No lo minimizo. Tenemos una historia que no tiene ningún otro pueblo del mundo. Pero aquella foto de los aviones israelíes sobrevolando Auschwitz era para que nos preguntemos qué nos dice sobre nuestro presente hoy. ¿Qué queremos ser? No podemos estancarnos en el pasado. Claro que ser conscientes del pasado es importante. Todo aquel que quiere un futuro, debe conocer su pasado. Pero no quedarse allí parado.Es que si sólo pensamos que “se nos ha impuesto” tal y tal situación, dejamos que otros decidan por nosotros. Y lo que yo digo es que debemos ver adónde llegamos, qué fuertes somos hoy, cómo nos levantamos de las cenizas. Vale la pena que la pregunta central sea qué queremos ser. Ben Gurion, y no sólo él, dijo que debemos ser una luz para los pueblos. Eso tiene un significado. Y está en nuestras manos.
P: Eso impone una responsabilidad política y moral, entre otras.
R: Yo creo que somos especiales. Nuestra historia lo dice. Somos seres humanos como todos por supuesto, pero tenemos algo especial. Hemos vivido cosas que ningún otro pueblo vivió. A pesar de ello, vivimos en nuestro país, en nuestra tierra, judíos de todo el mundo vienen a vivir en Israel y todo revive. No conozco ningún otro pueblo así en el mundo. O sea que hay aquí una fortaleza impresionante. ¿Qué hacemos con esto? Cada uno se lo puede plantear.
P: ¿Cuál es su respuesta?
R: Creo que nuestro papel en el mundo es brindar a la humanidad muchas cosas buenas de nuestro legado judío, de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestra fe. Tenemos un rol que cumplir.
P: ¿Tikun Olam?
R: Tikun Olam es parte de ello. Pero tengo claro que debemos desempeñar un rol. En la vida diaria en Israel, con tanta presión, es difícil verlo. Pero yo digo que hay que detenerse por un segundo a observar. Podríamos decir que el mundo nos ha hecho muchas cosas malas. Es cierto. Que nos deben. Es cierto. Pero nosotros somos fuertes, desde un punto de vista moral, espiritual, militar. Muy fuertes. Por ende, en lugar de decir que el mundo nos debe, podemos hacer cosas, corregir cosas que están mal, cambiar. Eso es lo que debemos hacer. Y aquella foto de nuestros aviones sobre Auschwitz creo que es el espejo que nos lo puede mostrar.
P: ¿Y considera que Israel está cumpliendo suficientemente bien ese rol?
R: Hacemos mucho para aportar al mundo. Pero creo que ante todo hay que comenzar por nosotros mismos. Nuestro pueblo ya ha estado perdido por no estar unido, por guerras internas. Reinos, exilios, de todo hemos tenido. Y cuando uno analiza, ve cuántas cosas sucedieron porque no estábamos unidos. Así que empecemos corrigiendo cosas de adentro. Así que volviendo a aquella foto yo me digo que tenemos aquí algo imponente, con gran fortaleza….pues traduzcámoslo ante todo hacia adentro. Si somos fuertes adentro, lograremos el bien moral y filosófico. Pase lo que pase, lo irradiaremos a todo el mundo.
Las divisiones internas
P: Y usted no se está refiriendo a algo político ¿no?
R: En absoluto.
P: Pero es ineludible sí vincularlo con lo político. Aún sin entrar en el tema de derecha e izquierda, quién tiene razón y quién no, ni por quién votó, las elecciones dejaron en evidencia las diferencias internas, aunque no es que comenzaron ahora por cierto.
R: La política lleva a puntos extremos las diferencias. Lo singular del pueblo de Israel siempre ha sido su variedad, lo multifacético de su existencia misma. Su fortaleza siempre estuvo en su variedad, en su capacidad de juntar muchas piezas distintas y convertirlas en algo mucho más grande que la suma de todas. La política radicaliza todo porque parecería que yo pienso una cosa y el que no piensa como yo es un traidor. Es insoportable.
Vivimos en una región sumamente peligrosa. Las palabras pueden matar. Las palabras producen grietas conflicto, pero debemos lograr vivir juntos. ¿Qué importa si pensamos distinto? No pasa nada. Lo que cuenta es el objetivo común. Cada uno quiere el bien para el país, desde otro punto de vista. Si uno va a ver en quien piensa diferente a un traidor, pues no sobreviviremos aquí.
Suele destacarse que tenemos un ejército muy fuerte. Es cierto. También la Unión Soviética lo tenía cuando se desmoronó. Era casi el ejército más poderoso del mundo. ¿Por qué? Porque cayó desde adentro.
En nuestros 5.000 años de historia, hemos tenido sólo épocas cortas de independencia. O sea que no podemos darla por sobreentendido. Es frágil, delicado, peligroso. Debemos manejar nuestro destino con nuestras propias manos, darle forma y así también podremos irradiar lo bueno hacia afuera.
“Nos preparamos para atacar Irán”
P: Amir, hemos hablado mucho de la fuerza, del poderío, en varios sentidos, incluyendo el militar. Y uno de los grandes exámenes que al final, por ahora al menos, no se concretó, fue la posibilidad de un ataque a las instalaciones nucleares de Irán. Cuando usted era Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, el tema era muy candente .¿Pensó que llegaría el momento en que quizás usted debería llevarlo a cabo?
R: Me preparé para ello. El ejército no puede decir “esto lo hago, esto no”, sino que tiene que proporcionar las herramientas necesarias para hacer lo que el gobierno decide.
P: Si es posible…
R: Se debe proporcionar al gobierno las herramientas para poner en práctica su política. El ejército tiene la responsabilidad de poner a su disposición la capacidad existente. Es su obligación, no puede estar eligiendo.
P: ¿Pero también tiene la obligación de opinar sobre lo que el gobierno le pide?
R: Primero debe presentar las capacidades de concretar tal o cual decisión, de llevarla a la práctica. Y yo me preparé para eso. Tanto yo como mis antecesores nos preparamos muy intensamente para ello y preparamos las posibilidades.
En las relaciones entre el gobierno y el ejército, hay un diálogo complejo que tiene ante todo una faceta profesional por la que hay que decir qué se puede hacer, cómo, cuál sería el resultado. Pero hay también otro aspecto del diálogo, que es estratégico, que analiza en qué condiciones se puede hacer tal o cual cosa, si es lo correcto. El ejército tiene la obligación de dar su opinión porque tiene una gran responsabilidad. Debe opinar.
P: ¿Quién? ¿El comandante en jefe de Tzahal y el Jefe de la Fuerza Aérea?
R: Es un grupo pequeño el que se ocupa de algo así. El Comandante en Jefe, el Jefe de la Fuerza Aérea, el jefe del Servicio de Inteligencia…el vice Comandante en Jefe…pocos.
P:¿A usted le preguntaron su opinión, qué le parecía atacar las instalaciones nucleares de Irán?
R: El ejército debe dar su opinión. Y lo hizo. Dos comandantes en Jefe, dos Jefes de la Fuerza Aérea, jefes de la Inteligencia, el Mossad…
P: Y supongo que no puede responderme en detalle qué dijo cada uno ni qué dijo usted.
R: Claro que no. Lo que sí puedo decir es que el ejército debe explicar qué es capaz de hacer, qué cree que ocurrirá a raíz de eso, cuál será el resultado y cuáles serán las derivaciones. Eso es lo primero. También hay que decir en qué condiciones, ver si se puede hoy o mañana .Pero lo más fuerte es el análisis estratégico.Y éste tuvo lugar durante mucho tiempo.
Un punto clave es, como ya dijo el Comandante en Jefe del Ejército en su momento, que algo así debe ser el último recurso. Y cabe pues analizar a fondo si se llegó a esa situación en la que no había otra forma…
P: …de frenar a Irán…
R: Así es.
P: ¿Usted puede asegurar que ese diálogo estratégico de análisis profundo se llevó a cabo de modo responsable, sin infuencias extrañas de consideraciones ajenas al caso?
R: Fue un diálogo sobresaliente. Se dio tribuna para manifestar las distintas posiciones. No en un día ni en dos. Se plantearon las dudas. Hubo discrepancias. El proceso fue sumamente serio.
P: Si usted me dice “me preparé para eso”, estimo que la pregunta acerca de si es posible o no, fue positiva. ¿Estoy en lo correcto si interpreto eso como una confirmación de que Tzahal le dijo al Primer Ministro que es militarmente factible?
R: La pregunta es siempre qué es lo correcto y si acaso eso es lo correcto. El ejército, bajo dos Comandantes en Jefe, Gabi Ashkenazi y Beni Gantz, desarrolló a lo grande la capacidad de la Fuerza Aérea. Construyeron la capacidad, que era teorética.Y se inició el proceso de serio análisis.
P: Si ese ataque a Irán no se llevó a cabo hasta ahora ¿quiere decir que el gobierno finalmente decidió que por consideraciones políticas mejor no hacerlo, pero no que creyó que no era posible? O sea, usted ya me dijo que se estaba preparando para ello…
R: Te puedo decir una cosa claramente: nosotros no nos dedicamos a escenarios teoréticos. Eso es para la academia, no para Tzahal.
P: ¿Usted ya podía casi verse a sí mismo, como Jefe de la Fuerza Aérea, llevando a cabo un operativo de ese tipo?
R:Nosotros nos preparamos para ello. Es claro. No podíamos llegar a un punto en el que el gobierno nos ordenada llevar a cabo ese operativo y Tzahal respondiera que no está pronto. Esa no es nunca una opción.
“Los militares pueden y deben opinar, pero no son los que deciden”
P: Quiero plantearle una pregunta que quizás suene a herejía en democracia. ¿Usted concibe que la cúpula de Tzahal diga alguna vez al gobierno,que la orden que están impartiendo es peligrosa para el Estado de Israel?
R: Hay una cosa absolutamente clara. La cúpula de Tzahal puede decir todo lo que piensa, pero no es la que decide. Eso es todo. Y todos lo tienen absolutamente claro.
P: ¿Imagina a alguien diciendo “no hago lo que me ordenan”?
R: Si alguien no está dispuesto a hacer lo que le ordenan, debe renunciar. Todos tienen clarísimo que los militares reciben órdenes del gobierno electo. Puede decir lo que quiera, tratar de convencer, todo, pero al final, hacen lo que se les ordena. Si el Estado no se maneja democráticamente, hay que cerrar el país. El ejército nunca puede hacer algo así. Es inconcebible.
Democracia y conflicto
P: Me parece que una de las grandezas de Israel es haber logrado preservar su democracia aún lidiando con constantes amenazas, en medio de conflictos.¿Qué opinión le merece esta idea?
R: Es cierto. También ha habido a veces sugerencias, ideas, no de renunciar a la democracia pero sí diría de ser menos exigente en determinados temas, que en mi opinión se refieren más al tema moral . Y afortunadamente, no tengo dudas de que preservamos un alto nivel moral.
P: El autoimponerse limitaciones, por consideraciones morales ¿limita la capacidad de combate?
R: En absoluto. Quien alega eso no conoce la realidad en el terreno y usa el argumento políticamente para servir a determinadas agendas, sin entender nada de la situación en el terreno.Las limitaciones que nosotros nos imponemos a nosotros mismos, derivan de los valores de Tzahal, que son mucho más exigentes que el Derecho Internacional. Y no nos atan las manos en absoluto. Son limitaciones que nos cuidan , nos permiten reafirmar nuestra convicción sobre lo justo del camino que seguimos y no nos impiden salir victoriosos. La convicción sobre la justicia que nos acompaña. Es clave. Si nos convertimos en lo que son nuestros enemigos, estaremos perdiendo lo más significativo que tenemos.
P: Y usted no está hablando sólo de teorías.
R: Claro que no. Tiempo atrás hubo muchas discusiones cuando el tema del soldado Elor Azaria, algo que no tuvo nada que ver con la Fuerza Aérea.
P: Recordemos, Azaria era un soldado que disparó a un terrorista que ya estaba neutralizado y yacía en el piso, en Hebron, y lo mató. Fue preso.
R: Así es. El entonces Ministro de Defensa dijo que acá no se van a formar bandillas para hacer lo que quieran, que habría sido muy fácil sacarse los guantes, pero eso nos habría desarmado desde adentro. Nuestra resiliencia proviene de la convicción sobre lo justo de nuestro camino. Es un camino que nos ha servico durante miles de años. Nos ha cuidado, nos ha permitido volver. ¿Y acaso justo cuando estamos en el momento de mayor fuerza en nuestra historia, justo ahora vamos a decidir que no nos imponemos limitaciones morales?¿Acaso somos débiles? No, somos muy fuertes y como tales debemos actuar, convencidos de lo justo de nuestro camino, de nuestra capacidad de ganar por la vía correcta.
P: Volviendo a la Fuerza Aérea ¿le ha pasado que en camino a una determinada misión el piloto le pide no concretarla porque ve civiles donde debía atacar a un terrorista?
R: No todo tiene que llegar al jefe de la Fuerza Aérea. Pero es muy sencillo: hay misiones que cumplir , hay órdenes y hay valores de Tzahal.Y el espíritu del comandante es que se lleva a cabo las órdenes pero mirando la brújula de los valores de Tzahal.Y yo te aseguro que los valores de Tzahal son más estrictos que el Derecho internacional. Así fue siempre. Hacer lo máximo para preservar la vida humana. Por eso espero que el piloto, el soldado, quien va a cumplir una orden, lo tenga bien presente. Por eso recalco que Elor Azaria falló desde un punto de vista profesional y moral y fue declarado culpable.
Ya antes del caso de Azaria pregunté a soldados en la Fuerza Aérea qué hacen si hay una amenaza. Me alegró mucho escuchar las respuestas de la mayoría. Cuando pregunté qué se hace si hay una amenaza, claro que se la enfrenta. Y si no se la puede neutralizar más que eliminándola, pues claro que hay que matar a quien constituye la amenaza, se lo hace. Pero si la amenaza ya no es tal, si está inconsciente en el piso, no.¿Acaso somos Dios? No.
P: Neutralizar amenazas pero no ir a castigar.
R: Exacto. Podemos neutralizar una amenaza, no ir a vengarnos de nadie. Que el Topoderoso haga lo que considere, que decida. Pero no tenemos licencia para matar porque sí.
P: Muchas gracias
R: A ti