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Está dirigido por la médica árabe-israelí Dra. Haitam Hussein

Por: Ana Jerozolimski, Semanario Hebreo Jai

Mientras Israel lidia con los malos números de la pandemia, con el constante aumento diario de la cantidad de nuevos infectados y las advertencias de diversos hospitales sobre la inminencia de un desastre, el Centro Médico Rambam de la ciudad norteña de Haifa inauguró este jueves el mayor centro de tratamiento de Coronavirus del país.

Tiene la singularidad de hallarse en las instalaciones especiales del Hospital Fortificado de Emergencia que se terminó de construir en el 2014 a más de 16 metros bajo tierra.

La Directora del nuevo centro y de todo el sistema Coronavirus es la Doctora Haitam Hussein, experta en infectología en el Rambam que meses atrás fue nombrada directora de los departamentos “Keter”, o sea Corona.

La Directora

Haitam, de 45 años, es originaria de la aldea árabe israelí Rame en la Galilea. Se graduó de médica en Hadassah en Jerusalem, vivió en Haifa y hoy en día reside en Carmiel con su esposo y sus dos hijas de 8 y 10 años. En el 2011 fue nombrada Coordinadora de Control de Infecciones en el Rambam y en el 2014 pasó a ser la Directora.

Es experta en Medicina interna, Epidemiología y Prevención de Infecciones del Centro Médico Rambam.

Cuando la entrevistamos por primera vez, antes de poder imaginarse alguien en Israel que la situación en el país en la segunda vuelta sería tanto peor que la primera, ya parecía vislumbrar el problema y nos dijo: “Depende mucho más de la sociedad que de los médicos. Nosotros somos la última línea. Recibimos a la gente cuando ya se enfermó, la tratamos, la mayoría se cura sin nuestra ayuda, y los pocos que necesitan apoyo, lo reciben de nosotros. Ese es nuestro rol. Pero la sociedad es la primera línea. En esto, la prevención es mucho más importante que el tratamiento”.

Le preguntamos sobre el trabajo conjunto de judíos y árabes en el Rambam, así como en otros hospitales del país. “Yo veo lo que pasa en Rambam. Trabajamos hombro a hombro día y noche, gente de todos los sectores, tanto los médicos y enfermeros como el personal de mantenimiento, la dirección y la administración. Árabes y judíos, todas las religiones, religiosos y laicos. Nos sentimos como una familia. No vemos ninguna diferencia entre nosotros. Trabajamos juntos, comemos juntos, pasamos juntos horas y horas, nos apoyamos siempre en momentos difíciles. Rambam puede ser visto como uno de los más hermosos ejemplos de convivencia”.

Un desafío singular

El trasfondo de este gran hospital subterráneo es la situación de emergencia en la que se halló repetidamente Israel a raíz de ataques desde territorio vecino. Cabe recordar que Haifa fue uno de los blancos de los cohetes disparados en la guerra en Líbano en el 2006 por los terroristas de Hezbola. Sin olvidar esos peligros, que por cierto no han desaparecido, en este momento la guerra urgente es otra. Y esta gran instalación subterránea ha sido convertida pues en una línea de frente para combatir el virus.

El nuevo centro tendrá 770 camas, de ellas 170 para pacientes ventilados.

Ya este jueves fueron trasladados 52 pacientes de los departamentos “Keter” (Corona) pacientes a la instalación subterránea.El traslado llevó 7 horas y requirió la participación de decenas de funcionarios, técnicos, enfermeras y médicos, todos trabajando al mismo tiempo.

Se trata de hecho de un hospital entero construido bajo tierra, completamente equipado con lo necesario para que enfermos de Coronavirus que sean internados en el lugar puedan recibir tratamiento de acuerdo a sus distintas necesidades. O sea, además de sala de emergencia, salas de operaciones, una unidad de cuidados intensivos y tres departamentos de Coronavirus, hay un área pediátrica, sala de partos y un área de tratamiento de diálisis.

El Director General del Rambam, Dr. Mijael Halberthal, declaró que “hemos invertido mucho tiempo y esfuerzo en este proyecto, con la esperanza de nunca vernos obligados a llegar a este punto”.

La palabra “esfuerzo” aquí queda chica para todo lo que se tuvo que hacer.

Cabe recordar ante todo que este hospital subterráneo fue construido para ser utilizado durante eventuales ataques convencionales , biológicos o químicos contra Israel de modo que todo aquel que esté adentro quede absolutamente protegido de los peligros de afuera, ataques y contaminación. A pedido del Ministerio de Salud Pública, el Rambam comenzó a adaptar a las necesidades de la lucha contra el COVID-19. Hubo que cambiar parte de la infraestructura. En este caso, el énfasis es garantizar que el peligro de adentro, el virus, no dañe a nadie afuera.

El Dr. Halberthal dijo que “Rambam es conocido en el mundo por su experiencia en trauma y situaciones de de bajas numerosas, por lo cual nuestra experiencia con dichos escenarios ha ayudado a garantizar que estemos prontos para lidiar con esta emergencia nacional actual”.

Ana Jerozolimski