(Lucky Team Studio/Shutterstock)
Auschwitz

“El antisemitismo nunca ha desaparecido. Es necesario enseñar a los jóvenes lo que sucedió en la Shoá, en las escuelas y en los libros de historia».

Por: Haim Pinedo, Aurora

Como periodista no todos los días uno tiene el privilegio de conversar con un sobreviviente de la Shoá, la catástrofe que ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial y que el mundo conoce como el Holocausto, el genocidio nazi que llevó a la muerte, aproximadamente, a seis millones de judíos en Europa, entre 1939 y 1945. Y digo aproximadamente, porque no es una cifra exacta, ya que el número de víctimas podría haber sido mucho más alto.

Por eso, la columna de hoy quiero dedicársela a Félix Poznanski, un sobreviviente de Auschwitz, a quien entrevisté hace unos días, a través de la plataforma digital Zoom, en el marco de Zikaron baSalon, es decir, en hebreo, Memoria en la Sala, una actividad organizada por Lazos Panamá para forjar el recuerdo de la Shoá.

Y urge la necesidad de forjar ese recuerdo ahora. Porque, quizá mañana, los pocos sobrevivientes que quedan de la barbarie nazi, ya no estarán para contarnos lo que sucedió. En ese sentido, la vida de Félix Poznanski podría inspirar un guión de Hollywood. Sin embargo, nada de lo que le ocurrió es ficción.

Tras haber publicado su libro: “Mi vida más allá de Auschwitz”, donde repasa su niñez y juventud con el recuerdo del ayer, a sus 86 años, Félix, desde Panamá, me concedió la entrevista. Cuenta que “sabía que el antisemitismo siempre ha existido, pero nunca me he preguntado por qué sucedió la Shoá”. Es decir, probablemente ninguna de las víctimas del horror nazi imaginó que el antisemitismo, ese odio gratuito contra el judío, un día iba a derivar en una masacre sistemática en una Europa refinada del siglo XX.

Desde el otro lado de la pantalla, en Jerusalén, el testimonio de Félix me llegó con una lucidez impresionante. Nació en 1934, en Polonia, donde vivía su familia. Pero con la llegada de los nazis al poder, cuenta, Francia se convirtió en el destino de muchos judíos polacos. De modo que se instaló con sus padres en suelo francés.

En plena Segunda Guerra Mundial, en 1942, cuando Francia también cayó en manos de los nazis, con tan solo 8 años de edad, Félix fue arrestado por la Gestapo y deportado a Auschwitz, un campo de exterminio ubicado en Polonia. Allí vio “un montón de cuerpos sin vida, desnudos, apilados en el suelo”, como relata en su libro, en el capítulo: “Un niño en el infierno”.

En medio de ese infierno, conoció a Maurice, su gran amigo que le ayudó a sobrevivir. Y pudo escapar de Auschwitz. Pero jamás logró huir de las escenas de horror de las que fue testigo en ese campo de exterminio y que quedaron grabadas en su mente.

Con la caída de los nazis en 1945, Francia fue liberada de la ocupación alemana. A partir de entonces, el padre de Félix le dijo a él y a su madre que no se hablaría de lo sucedido. Ese silencio lo rompió sesenta años después, a su llegada a Panamá, tras haber emigrado primero a Uruguay con su familia. Dijo que decidió contar su historia como un legado para las futuras generaciones, para que un horror así, como la Shoá, no se vuelva a repetir en la historia de la humanidad.

Sin duda, esta columna queda corta para abarcar la entrevista a Félix Poznanski. Por lo tanto, desde este espacio, les recomiendo la lectura de “Mi vida más allá de Auschwitz”, que también está en venta en su versión digital, por Amazon.

Debido a las recientes manifestaciones neonazis en Madrid, donde se lanzaron proclamas antisemitas, calumniando a la colectividad judía, no podía finalizar la entrevista sin preguntar: como sobreviviente de Auschwitz, ¿qué mensaje podría darnos para que el Holocausto no vuelva a ocurrir?

“El antisemitismo nunca ha desaparecido. Es necesario enseñar a los jóvenes lo que sucedió en la Shoá, en las escuelas y en los libros de historia. No hay libros de historia que cuenten lo que ocurrió”.