Irán se encuentra a una distancia de dos años de fabricar una bomba nuclear y producir la ojiva capaz introducirse en un misil para su eventual despacho, señala una reporte anual de la Inteligencia Militar (AMAN, por sus siglas en hebreo) de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Fuente: Aurora
Si Teherán acelera el proceso, el próximo invierno acumulará suficiente uranio como para producir una bomba atómica, y precisará otro año para fabricar una ojiva.
No obstante, se cree que los iraníes todavía están interesados en adherirse al acuerdo nuclear de 2015 y que las violaciones al pacto tienen como objetivo acumular cartas para negociar el próximo acuerdo.
Paralelamente, la Inteligencia Militar cree que la posibilidad de que estalle una guerra promovida por el enemigo es baja. Pero existe una probabilidad entre media y baja de “preservar las ecuaciones de respuesta en el escenario norte con disposición al riesgo de guerra”. Es decir que las reacciones enemigas a las acciones atribuidas a Israel podrían conducir a una escalada.
La Inteligencia Militar señala el 2020 como un año de decisiones difíciles para Teherán, desviando recursos para continuar con el programa nuclear. Se trata de decisiones difíciles con respecto a la decisión iraní de seguir con el proyecto atómico, la crisis económica en el país, el afianzamiento militar en Siria y las elecciones en el Parlamento iraní (Majlis).
La evaluación de la situación anual fue actualizada tras la eliminación del comandante de la Fuerza Quds, Qasem Soleimaní, durante un ataque aéreo estadounidense en las afueras del aeropuerto de Bagdad. “Se trata de un evento de limitación en el coro plazo”, apuntó la Inteligencia Militar. “Pero se requiere un examen y seguimiento de los desarrollos al día siguiente”.
Según las estimaciones de inteligencia, aún se puede influenciar el afianzamiento militar iraní en Siria, especialmente tras la eliminación de Soleimani que ha dejado un vacío en la región. La pregunta es cómo lograrán sus sucesores conservar el complejo sistema que creó en Oriente Medio. Además, la Inteligencia Militar revela que el grupo terrorista libanés chií Hezbollah está enviando efectivos al lado sirio de los Altos del Golán. Hamás también ha establecido células en esa zona y la Jihad Islámica está tratando de hacerlo, pero por ahora sin éxito.
La Inteligencia Militar recomienda aprovechar el vacío producido en la dirección de la Fuerza Quds en Siria, creado por la eliminación de Soleimani, y aumentar los ataques contra el afianzamiento militar iraní en ese país árabe. Además, detecta que Teherán está reduciendo el número de sus soldados en el terreno.
Al mismo tiempo, se estima que la inestabilidad política continuará en el Líbano este año. También la acumulación de poder de Hezbollah, que deberá decidir si continúa con su proyecto de conversión y fabricación de misiles de precisión. Por otra parte, la Inteligencia Militar detecta en el discurso del líder de Hezbollah, jeque Hassan Nasralla, signos iniciales de independencia y alejamiento o insubordinación con respecto a Teherán. La eliminación de Soleimani también ha tenido efectos allí: en el contexto de su desaparición de este escenario. “La tendencia de separación de Hezbollah podría fortalecerse”.
La Inteligencia Militar también se refirió a la arena palestina y sugiere que su advertencia estratégica ha sido correcta. Hay una disminución en el volumen de ataques terroristas y la Autoridad Palestina continuará su ofensiva política contra Israel sin romper las reglas de juego, o sea sin sacar los pies del plato. Sin embargo, no se descarta que si se celebran elecciones, la Autoridad Palestina podría verse sorprendida por los resultados en Cisjordania y el apoyo en favor de Hamas que está creciendo.
En Gaza, Hamás ha sido disuadido por la guerra, y se apega a los acuerdos informales con Israel; pero está siendo desafiado por las organizaciones marginales insurgentes. Hamás continúa acumulando fuerzas y podría combatir durante días a Israel, pero se cuida de que la situación no se deteriore y se desate una contienda. Seguirá con sus esfuerzos para mantener la calma en la zona siempre y cuando lo considere beneficioso para su supervivencia. Es decir, que su motivación parece ser básicamente utilitaria.