Israel se ha comprometido a detener la violencia y mantener el Monte del Templo abierto a los visitantes de todas las religiones a pesar del esfuerzo creciente por parte de los islamistas en atacar a los visitantes no musulmanes.
El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí declaró el compromiso del Primer Ministro Netanyahu para mantener el derecho de los miembros de todas las religiones de visitar el Monte del Templo, a pesar de los tres días de disturbios perpetrados por los musulmanes durante el Año Nuevo judío.
En un comunicado oficial, el ministerio describió a los alborotadores, que lanzaron piedras, cócteles molotov y artefactos explosivos a los fieles judíos, como «agentes de radicales islámicos», y dijo que Israel no permitiría que la mezquita se convierta en «un bastión terrorista».
Unos 150 manifestantes prepararon días antes de atacar a los visitantes no musulmanes, mediante el almacenamiento de rocas y explosivos y barricadas dentro de la mezquita de al-Aqsa,un ataque brutal para el inicio de Rosh Hashana
Estas organizaciones incluyen la Mourabitoun y la Mourabitat, que son financiados por Hamas y la rama norte del Movimiento Islámico, y que se prohibió el 8 de septiembre, debido a la amenaza que representan para el orden público.
Disturbios similares tuvieron lugar en julio durante el Tisha B´Av, el día anual de duelo por la destrucción de los dos templos judíos y otras tragedias más importantes en la historia judía.
«El primer ministro Netanyahu ha declarado en repetidas ocasiones que el Gobierno de Israel se ha comprometido a mantener el status quo en el Monte del Templo y se opondrá a cualquier intento de cambiarlo por la fuerza. El status quo protege el derecho de los musulmanes a rezar en la mezquita, así como la libertad de todas las personas, ya sean musulmanes, cristianos, judíos u otros, a visitar el Monte del Templo», dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.
«Los manifestantes islamistas radicales en el Monte del Templo han profanado deliberadamente, dañado y puesto en peligro un lugar sagrado para los musulmanes y judíos, convirtiéndolo en un campo de batalla, con piedras, cócteles molotov y artefactos explosivos. Israel no permitirá que la mezquita al-Aqsa se convierta en un bastión terrorista».
Los líderes palestinos, mientras tanto, han elogiado a los alborotadores. El Presidente de la AP Mahmoud Abbas declaró que los judios no tienen derecho a «profanar» el Monte del Templo, el sitio más sagrado del judaísmo, «con sus sucios pies». También dijo que la sangre musulmana que se derrama para atacar a la policía en el lugar es «pura».
Sencillamente, una demostración de que Abbas ni condena ni le disgusta el terrorismo. Es más, lo fomenta con estas declaraciones.
Por: Sara Abramowicz, United with Israel