A la luz de anteriores intentos fallidos de las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz en el valle del Jordán, el 70 por ciento de los israelíes se oponen a la retirada de las FDI de la región.
Según estas estadísticas, el futuro de esta región, que es uno de los varios temas de discusión en las conversaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina actual, plantea problemas de seguridad para la mayoría de los israelíes.
El Centro Judío de Asuntos Públicos (JCPA) publicó un video destacando los peligros percibidos de los futuros acuerdos que involucran a las fuerzas internacionales.
En efecto, los ciudadanos están preocupados por su seguridad después de la liberación de 26 prisioneros esta semana. A este movimiento se oponían, no sólo las principales figuras del gobierno, como el portavoz de la Knesset, Yuli Edelstein, sino también la gran mayoría de la opinión pública israelí, como se refleja en las encuestas actuales.
En una entrevista con Ynet en septiembre, el general Nitzan Alon, jefe del Comando Central de las FDI, advirtió:
«No podemos contar con una fuerza extranjera para hacer el trabajo a lo largo de la frontera con Jordania.»
La página web del JCPA proporcionó los siguientes ejemplos que muestran el fracaso de las fuerzas internacionales para cumplir con su papel pacificador en Oriente Medio:
En 1967, una fuerza de paz de las Naciones Unidas obedeció entonces a la demanda del presidente egipcio Gamal Abdel Nasser de que se vayan. Tras esto comenzó la guerra de seis días.
Después de esto, el ejército israelí entró en el Líbano para destruir la infraestructura terrorista, después de numerosos ataques contra Israel. En respuesta, la ONU estableció la Fuerza Provisional en el Líbano (FPNUL) para garantizar la retirada de Israel y para facilitar el control del gobierno libanés de la zona. Este intento de paz fracasó también y fue seguido por la Primera Guerra del Líbano en 1982.
Una fuerza multinacional Occidental se instaló poco después en Beirut. En 1983, dos atentados de Hezbolá cobraron la vida de 241 americanos y 58 soldados franceses. Año y medio después, la FPNUL fue disuelta.
En 2006, después de la guerra entre Israel y Hezbolá en el sur del Líbano y el norte de Israel, la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU obligó a terminar con el conflicto y pidió el desarme del grupo terrorista. Hezbollah nunca se ha prestado a cumplir la misma y tiene más munición ahora que antes de la guerra de 2006.
Meanwhile, weapons continued to flow into Gaza, notwithstanding European monitors’ attempts to prevent weapon smuggling from Egypt. The fighting between Hamas and Fatah intensified in 2006, following the 2005 withdrawal of successful Jewish agricultural communities as a unilateral peace gesture. In response, EU peacekeepers fled to Israel. Southern Israeli civilians have been subjected to rocket attacks from Gaza ever since.
Mientras tanto, las armas continúan fluyendo hacia Gaza, a pesar de los intentos de monitores europeos para impedir el contrabando de armas desde Egipto. Los enfrentamientos entre Hamas y Fatah se intensificaron en 2006, tras la retirada en 2005 de las comunidades agrícolas judías como un gesto para lograr la ansiada paz. En respuesta, los civiles israelíes del sur han sido objeto de ataques con cohetes desde Gaza.
En la actual sangrienta guerra civil de Siria, a las Fuerzas de las Naciones Unidas no les va mejor, ya que son fuerzas de paz en un territorio donde lo que no predomina, precisamente, es la paz. Mientras que la FNUOS estaba estacionada en los Altos del Golán para evitar las violaciones de derechos humanos, los intensos combates en Siria y los ataques hacia territorio israelí han llevado a muchos países a retirar sus soldados de la FNUOS.
En un discurso ante el Instituto Washington en junio sobre el futuro del Valle del Jordán, el ministro de Defensa, Moshe Yaalon dijo:
«Mirando a su alrededor en el Medio Oriente, hay una democracia estabilizada, que es capaz de defenderse por sí misma. No hay necesidad de aumentar el número tropas estadounidenses o de otros países con el fin de defender a Israel».
Autor: Atara Beck, escritora de United with Israel