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La exrehén, Yaffa Adar, dijo que mientras estuvo cautiva por Hamás, encontró fuerza cantando en su cabeza la música del famoso cantante italiano Andrea Bocelli.

Fuente: Enlace Judío

Después de escuchar su historia, Bocelli escribió una carta a Adar expresándole su agradecimiento y la invitó a un concierto suyo, público o privado, como invitada suya, con todos los gastos pagados, informó The Jerusalem Post.

Se grabó un vídeo de Adar escuchando la carta.

Andrea Bocelli escuchó originalmente la noticia cuando los miembros de su equipo estaban encendiendo velas de Janucá. Oyeron la pieza y todos empezaron a llorar y él le escribió a Adar esta carta.

“Querida señora Yaffa, desearía poder darle un abrazo. Me gustaría agradecerte la emoción que tu historia despertó en todas las personas que tuvieron el privilegio de escucharla, y especialmente en mí, que, increíblemente, ¡soy parte de ella!

“Realmente nunca hubiera pensado que mi humilde voz, este gran regalo que recibí inmerecidamente del cielo algún día podría llegar a ser tan importante. No hay premio, ni aplauso, ni honor o reconocimiento que valga tanto como tus palabras, que te aseguro, nunca olvidaré”.

Continúa: “Gracias a ti, de ahora en adelante cantaré con entusiasmo renovado, fe renovada y energía nueva. Espero poder encontrarte algún día y cantar, sólo para ti, lo que quieras, para borrar, en la medida de lo posible, el doloroso recuerdo de días terribles, que ni siquiera puedo imaginar”.

Adar dice que escuchar sus palabras ha sido de lo más destacado de su vida.

Fue secuestrada en el Kibutz Nahal Oz en un carrito de golf el 7 de octubre y liberada 49 días después, como uno de los primeros 13 rehenes liberados de Gaza, tras el acuerdo de tregua temporal firmado por Israel y Hamás.

Adar es madre de tres hijos, abuela de ocho y bisabuela de siete hijos. Su nieto mayor, Tamir Adar, de 38 años y padre de dos hijos, permanece cautivo en Gaza.

En una entrevista con el Canal 12, Adar describió su experiencia al ser secuestrada por Hamás.

En esta entrevista, describió su mentalidad mientras la llevaban a Gaza en un carrito de golf diciendo: “Mientras estaba sentada allí, me dije a mí misma: no dejaré que me dobleguen. Quiero que mis hijos estén orgullosos de mí. No derramé ni una lágrima”.