The UN Security Council. (AP/Craig Ruttle) (AP/Craig Ruttle)

La resistencia de los macabim frente al poderoso ejército griego se sigue recordando después de dos milenios cada vez que encendemos las luces de Janucá. Una lucha de supervivencia que no ha terminado en la cual deberíamos estar comprometidos.

El campo de batalla de los modernos macabim está en los túneles ideológicos contra Israel y los judíos excavados bajo las conciencias de los representates de los países, que se arrastran sigilosamente por la ONU. Unos túneles ideológicos excavados con las palas de las resoluciones de condena al moderno estado de Israel. Un pequeño país con grandes ideas, con una pequeña población y con un pequeño ejército que tiene capacidad militar para seguir enfrentándose, contra los opresores que quieren ver sometidos a los judíos en todo el mundo.

La votación que se ha realizado en la ONU para condenar a Hamás en Gaza, promovida por Israel y Estados Unidos, no ha logrado hacerse efectiva al no alcanzar una necesaria mayoría de dos tercios. Una vez más las serpientes de la Organización de Naciones Unidas contra Israel, así se debería llamar, han dado fuerza a los grupos terroristas islámicos que se mueven con absoluta impunidad por todo el planeta. Una resolución que en la práctica justifica los actos terroristas de los diferentes grupos islámicos contra Israel y los judíos, que son dos conceptos inseparables. Cuando se ataca a Israel se atenta contra los judíos en cualquier parte del mundo y viceversa.

En la nombrada votación ONU para condenar las actividades terroristas de Hamás “87 países votaron a favor, 57 se opusieron y 33 se abstuvieron” con lo cual no hubo condena al terrorismo islamista. La condena, aunque de forma velada, ha sido contra Israel por defenderse de los miles de cohetes lanzados por Hamás y los diferentes grupos terroristas que tienen su base en Gaza. En el año 2005 Israel de forma unilateral salió de Gaza y desde entonces más de 12.000 cohetes han sido lanzados por los terroristas contra la población civil israelí ¿Qué país en el mundo tiene esta presión terrorista de ese nivel y se le condena por defenderse? En una solo palabra, a Israel.

La vergonzosa resolución lejos de condenar a Hamás y al terrorismo islámico a puesto en evidencia, una vez más, que los enemigos de Israel siguen construyendo túneles de terror bajo los desagües de los ONU. Lo que no se dan cuenta los enemigos de Israel es que están cavando sus propias tumbas, túneles por seguir con la misma figura, que llevará el terrorismo islámico a sus diferentes casas.

La defensa de la verdad y la libertad, también conceptos inseparables, nos compete y compromete a todos. Hoy más que nunca los modernos macabim son aquellos que están dispuestos a resistir el terrorismo islámico en la defensa de nuestra identidad cultural, emocional y religiosa. El Cielo nos ha dejado un “manual de instrucciones de vida” para mantener firmes unas convicciones éticas, morales y religiosas que nos identifican y distinguen. Unas convicciones que iluminan a un mundo cegado por la oscuridad reinante en sus túneles de odio contra el Pueblo de la Luz.

La gesta heroica de los macabim no ha terminado mientras existan aquellos que quieren someternos a sus fracasados postulados. Los túneles excavados en las fronteras de Gaza por Hamás, en un Líbano sometido a Hezbollah, o los construidos en la ONU contra Israel tienen que ser descubiertos y destruidos por aquellos descendientes del rey Shlomó (Salomón) que pidió al Cielo lo único trascendente para vencer al mal, a saber, Sabiduría de lo Alto. Por un Janucá intemporal de continuas victorias, de los modernos Macabeos, en todos los campos de batalla incluido el de la ONU. La Luz siempre trae la victoria, aunque tarde tres años y ocho días.

Por José Ignacio Rodríguez, colaborador de Unidos con Israel