Amir Kholousi, ISNA via AP

La Inteligencia Militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) estimó, en su reporte anual sobre las amenazas estratégicas, que la República Islámica Irán podría desarrollar una bomba atómica recién en un plazo de dos años y que su representante en el Líbano, el grupo terrorista islámico chií Hezbollah, no busca iniciar una guerra de gran escala contra el Estado judío.

Fuente: Aurora

La Inteligencia Militar estima que Irán no está enriqueciendo uranio a un nivel que le permitiría fabricar una bomba atómica, pero que, si toma la decisión de hacerlo, le llevará dos años alcanzar esa meta.

El reporte añade que la muerte del llamado “padre de la bomba” iraní, el científico Mohsen Fakhrizadeh, está complicando el proyecto nuclear de Teherán y que aún no ha conseguido reemplazarlo.

No obstante, los iraníes están actualmente violando las cláusulas estipuladas en el acuerdo nuclear de 2015, firmado con las potencias mundiales.

La Inteligencia Militar también estima que Hezbollah no tiene intenciones de lanzar una guerra total con Israel, pero sigue tratando de vengar la muerte de un miembro del grupo durante un ataque atribuido a la aviación israelí en Siria.

Aparentemente, el grupo terrorista chií libanés sigue tratando de lanzar una escalada “limitada” localmente con el objetivo de generar algún tipo de disuasión o un nuevo equilibrio con el Estado judío, algo parecido a los choques armados ocasionales iniciados por Hamás y otras organizaciones terroristas palestinas desde la Franja de Gaza. El dilema que enfrenta la organización libanesa pro-iraní es que, tras un error de cálculo, una pequeña escaramuza podría escalar y convertirse en una devastadora confrontación militar tal como sucedió en entre julio y agosto de 2006, durante la llamada Segunda Guerra del Líbano.