Itongadol/AJN.- El público que asiste a los conciertos de la Orquesta Filarmónica de Israel en Jerusalem es, sin duda, único. Desde veteranos de guerra, pasando por personas de mediana edad hasta judíos haredim, las butacas de los espectáculos se transforman en algo también admirable.

Los veteranos, que asisten a los conciertos en todo Israel, aún constituyen una gran parte de la audiencia regular en Jerusalem. Ellos siguen asistiendo, a pesar de que algunos son discapacitados y están en sillas de ruedas. Para los veteranos, asistir a los conciertos es parte de lo que son, porque son verdaderos amantes de la música clásica.

Al igual que en otras partes del país, también hay muchos amantes de la música de mediana edad – por lo general personas que han tenido una educación musical especial – para los que la música clásica es una parte integral de su cultura y vida cotidiana. Desde la década de 1990 se incluyeron los inmigrantes de la ex Unión Soviética. Estos últimos también han sido una fuente importante de músicos por las numerosas orquestas sinfónicas que han surgido.

Sin embargo, lo que es único en la audiencia de Jerusalem son las personas religiosas – incluso algunos haredim (ultraortodoxos). La mayoría de los miembros de la audiencia eran seculares en el pasado, ya que la música clásica – en gran parte música religiosa cristiana – no es parte de la cultura religiosa judía, y sin duda no es parte de la cultura haredi.

Fuente: Iton Gadol