Torah scroll (Yaakov Naumi/Flash90) (Yaakov Naumi/Flash90)
Torah Scroll

Generando Dudas
En la parashá Tetzavé, que precede a Purim, leemos la porción del “maftir”, donde se describe el ataque de Amalek al pueblo judío en su salida de Egipto, a pesar de que Amalek vivía en una tierra distante y no se encontraba bajo ninguna amenaza inminente.
Entonces, ¿por qué Amalek atacó al pueblo judío?
La Torá dice que Amalek atacó a los judíos “karja”, cuyo significado literal es por medio de casualidad. Toda la filosofía de Amalek se basa en que no existe diseño o providencia alguna en el mundo. Todo es casual, dictado por la suerte, el azar o el destino. Por eso Hamán, un descendiente directo de Amalek, decidió matar a los judíos basándose en una lotería, de donde deriva el nombre “Purim”.
En términos filosóficos, Amalek y el pueblo judío se ubican en extremos opuestos del espectro. El judaísmo cree que el mundo tiene un propósito y un significado, y que Dios está íntimamente involucrado en nuestras vidas. De hecho, ésta es la gran lección de Purim: incluso cuando las cosas parecen sombrías, Dios está allí, guiando cada evento. Tras el decreto de Hamán, parecía que los judíos estaban perdidos, no había esperanza. Pero luego, toda la situación dio un giro dramático.
En nuestras propias vidas, el nivel de dudas que tenemos acerca de la participación de Dios en el mundo, es la medida en que la filosofía del azar de Amalek es parte de nosotros.
Los cabalistas resaltan que el valor numérico de la palabra Amalek, 240, suma lo mismo que safek, que significa “duda”. Amalek tiene el poder de crear dudas sobre lo que es verdadero y real en este mundo, y sobre el involucramiento de Dios en el mundo.
Este concepto es tan importante que una de las 613 mitzvot es recordar lo que nos hizo Amalek cuando salimos de Egipto. Y eso es lo que hacemos, cada año, el Shabat anterior a Purim. Entonces llevemos este mensaje a nuestro corazón, y hagamos nuestra parte; combatamos la idea de Amalek de un mundo “casual”.
Fuente: Aish Latino

Preguntas y respuestas de la parashá
El poder de un Tzadik
“Y tú ordenarás

a los hijos de Israel…” (Éxodo 17:9-12)
Al comienzo de esta parashá Dios le habla a Moshé, pero a diferencia de otras veces, esta vez se refiere a él como “tú” en vez de mencionar su nombre. De hecho, esta es la única parashá de toda la Torá (después del nacimiento de Moshé obviamente) en donde el nombre de Moshé no es mencionado, ¿por qué?
Cuando los judíos cometieron el pecado del Becerro de Oro, Moshé clamó a Dios y le pidió lo siguiente: “Y ahora, por favor perdona el pecado del pueblo, pero si no, bórrame ahora de Tu libro que has escrito” (Éxodo 32:32).
Ahora bien, existe un principio general que dice que el pedido de un Tzadik siempre es concedido incondicionalmente, a pesar de que el mismo Tzadik establezca ciertas cláusulas en su pedido. Y así en este caso, a pesar de que Dios perdonó finalmente al pueblo judío, de todas maneras, el pedido de Moshé de ser borrado del libro de Dios debía cumplirse de alguna manera.
Por esta razón, el nombre de Moshé no es mencionado en esta parashá, para representar de cierta manera que Moshé fue “borrado” al menos de una parte de la Torá, así como él pidió.
Además de esto existe otra razón.
Como es sabido, en esta parashá se habla de las ropas de los Kohanim, y en un principio, Moshé debería haber sido el Kohén Gadol, y no su hermano Aarón. Sin embargo, cuando Moshé se negó a cumplir con la orden de Dios y le pidió que enviara a otra persona en vez de él para cumplir con la misión de liberar al pueblo judío (ver Éxodo 4:14 y el comentario de Rashi), la Kehuná le fue quitada y fue entregada a Aarón.
Por esta razón no fue escrito su nombre en esta parashá, para no aumentar su angustia por el hecho de haber perdido la Kehuná.
Vemos de acá la fuerza y el poder que tiene un Tzadik, a tal punto que Dios, por así decir, escucha y cumple sus pedidos incondicionalmente, y además de eso, amerita la compasión Divina, incluso cuando es merecedor de un castigo.
Fuente: Baal HaTurim, comentario a Shemot 27:20.
Fuente: Aurora