Los israelíes residentes en Jerusalem, Gush Etzion, el Golán y otras áreas montañosas se preparan para una tormenta de invierno que amenaza con árboles caídos, las carreteras cerradas e inundaciones.
La mayoría de los israelíes entran en pánico esta semana por la tormenta que presumible azotará el país el miércoles y el jueves. Los meteorólogos pronostican fuertes vientos y nieve en todo Israel excepto a lo largo de la costa y zonas más bajas.
Nadie puede saber a ciencia cierta, pero los gurús meteorológicas predicen acumulación de nieve por encima de 600 metros de altura. Estando Jerusalem a una altura de 754 metros, las predicciones estiman que se acumulará 2.6 pulgadas. La zona de Gush Etzion, a una altura de 800-1000 metros, se espera que obtengan 10.6 pulgadas o más.
El año pasado la zona de Jerusalem vivió una gran tormenta de nieve a principios de temporada, como lo hizo en el invierno de 2006-2007.
Los israelíes tienden a comportarse como si cada tormenta de nieve es la primera en la historia. Más divertida, sin embargo, es la forma en que reaccionan a la caída de nieve. A menudo, después de que termina una gran tormenta de nieve, hay atascos terribles que conducen a Jerusalem y Gush Etzion de residentes que viven especialmente en la costa, donde no nieva – para obtener una visión de la fría mata blanca. Es casi como una peregrinación religiosa.
Para los inmigrantes de climas más fríos, como gran parte del norte de los Estados Unidos y Canadá, la escena es casi surrealista, tras descubrir la obsesión con construir muñecos de nieve y de las peleas de bolas de nieve. De hecho, parece que nada une la diversa población de Israel más que una tormenta de nieve. Desde los seculer hasta los ultraortodoxos, todo el mundo disfruta de la nevada.
Y luego están las fotos del cuerpo de bomberos regando las carreteras con el fin de limpiarlas de nieve. ¿Es la ignorancia o el optimismo israelí o mera falta de experiencia?
Además las tiendas de comestibles están llenas como si de una semana antes de una guerra se refiera, con la gente corriendo a comprar suministros, las ferreterías experimentan una avalancha en la compra de linternas y calentadores de gas y de piedra, preparándose para la posibilidad de permanecer varios días sin electricidad.
No sólo los israelíes se están preparando para lo peor mientras se espera que la tormenta llegue. Incluso la embajada de Estados Unidos emitió una advertencia la semana pasada a los ciudadanos que viajan en la zona: «Si usted está obligado a viajar en estas condiciones, asegure que su vehículo tiene un tanque lleno de combustible. Empaca ropa de abrigo de invierno, botas, agua, pala, y el suministro de alimentos de emergencia en caso de que se queda atrapado».
La advertencia, a pesar de que a primera vista pueda parecer un poco exagerada, en realidad es bastante apropiada, debido a que tales tormentas son tan poco frecuentes, que el país está mal equipado para conseguir carreteras despejadas rápidamente.
Aunque la tormenta que se avecinaba plantea algunas preocupaciones reales, también ofrece los israelíes un momento para preocuparse por algo más que la política.
Por Penina Taylor, United with Israel