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La trágica muerte de Mahsa Amini, de 22 años, provocó indignación y protestas en Irán el fin de semana pasado.

Por el Dr. Raz Zimmt

Amini, que fue detenida la semana pasada en Teherán por no cumplir con la obligación de llevar velo, se desplomó en la comisaría, entró en coma y fue trasladada a un hospital, donde falleció el viernes 16 de septiembre.

En las protestas que estallaron durante su funeral, se escucharon cánticos condenando al líder supremo iraní Ali Khamenei.

Al menos cuatro personas resultaron heridas en violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, durante los cuales las mujeres también se quitaron el velo en protesta contra el obligatorio código islámico de vestimenta.

Las furiosas reacciones ante la muerte de Amini reavivaron el debate en torno la obligatoriedad del velo.

En los últimos meses, han aumentado las críticas en Irán por el comportamiento violento de la «policía de la moralidad», que en varias ocasiones arrestó a mujeres y las obligó a subir a los patrulleros.

La crítica pública, que también incluye demandas para desmantelar la «policía de la moralidad», suena en el contexto del distanciamiento del público de la religión, particularmente entre las generaciones más jóvenes.

Esta tendencia es claramente evidente en el incumplimiento del código de vestimenta islámico, especialmente en relación con la obligación de las mujeres de usar el velo.

Las furiosas reacciones también reflejan la pérdida de confianza pública hacia las instituciones estatales.

Las autoridades iraníes, encabezadas por el presidente Raisi, anunciaron la apertura de una investigación sobre la muerte de la joven.

La policía de Teherán incluso se apresuró a publicar imágenes de CCTV [Circuito cerrado de televisión], en las que supuestamente se ve a Amini colapsar mientras habla con un hombre en la comisaría.

El video tenía la intención de confirmar las afirmaciones de la policía de que no se usó la violencia durante su arresto y que su muerte fue causada por un ataque al corazón o un derrame cerebral.

Sin embargo, el video no logró convencer al público de la credibilidad de la versión oficial y no calmó sus emociones.

El empeoramiento de la desesperación, la intensidad de la frustración y la pérdida de la confianza pública continúan alimentando la protesta contra el régimen; pero en esta etapa no representan un desafío significativo para su estabilidad.

La brecha entre las instituciones del régimen y la generación más joven se está profundizando.

Todo esto continúa mientras hay informes sobre el deterioro de la salud del Líder Supremo y una renovada preocupación por la cuestión de quién lo sucederá después de su muerte.

Fuente: INSS The Institute for National Security Studies

Extraído de la página de Aurora

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