A Palestinian serves baked goods to a passerby in Gaza in celebration of the Jerusalem terror attack.

En el barrio Jabel Mukaber de Jerusalem, los familiares de los primos Uday y Ghassan Abu Jamal celebraron efusivamente tras haberse enterado que ambos habían asesinado a cuatro judíos e hirieron a otros ocho con hachas, cuchillos y pistolas en una sinagoga en el barrio de Har Nof, de la ciudad capital.

“Respondimos con gritos de alegrías cuando recibimos la noticia de sus muertes”, dijo Ala Abu Jamal, sobre sus primos, al diario Yediot Aharonot. “La gente aquí repartió caramelos a los invitados que nos vinieron a visitar y hubo regocijo y alegría por los mártires”.

El residente del vecindario árabe trató de vincular la masacre en la sinagoga con la tensión en el Monte del Templo, apuntando que es “algo normal que puede esperarse de todo hombre que tiene el coraje y la sensación de pertenecía a su pueblo y al islam”.

“El ataque fue una sorpresa para nosotros, no esperábamos que ocurriera”, dijo Ala Abu Jamal. “Los dos muertos era trabajadores comunes y no estaban asociados a ninguna organización. Uno de ellos estaba casado con tres niños. Gracias a Allah, alguien que muere como un mártir, es una gran cosa”.

La organización terrorista autodenominada Frente Popular de Liberación Palestina (FPLP) se adjudicó la responsabilidad del atentado, que también fue elogiado por Hamás, la Jihad Islámica y más ambiguamente por el movimiento Fatah.

El Ministro del Interior, Gilad Erdan, del partido Likud, anunció que promoverá la cancelación del permiso que tenía la esposa de uno de los terroristas para residir en Jerusalén. La mujer, oriunda de Cisjordania (Judea y Samaria), había recibido autorización para vivir en Jerusalén tras casarse con un residente israelí. El primer ministro, Biniamín Netanyahu, ordenó demoler las viviendas de los terroristas.

Fuente: Aurora