Un nuevo estudio muestra que estar vacunado con por lo menos dos dosis de las vacunas de Pfizer, reduce significativamente la mayoría de los síntomas a largo plazo reportados por los individuos, meses después de haber contraído el virus COVID-19.
(Comunicado de la portavoz de la Universidad Bar Ilan)
En este estudio, ocho de diez de los síntomas más comunes fueron reportados entre un 50% y 80% menos, generalmente entre los individuos que recibieron al menos dos dosis de la vacuna contra el COVID-19 comparados con aquellos que no recibieron ninguna dosis.
El estudio, publicado recientemente en la revista npj Vaccines, fue dirigido por el Prof. Michael Edelstein, de la Facultad de Medicina Azrieli, de la Universidad de Bar Ilan, en cooperación con equipos de enfermedades infecciosas e Informática en tres de los hospitales afiliados a facultades en el norte de Israel: Centro Medico Baruch Padeh, el Centro Medico Ziv y el Centro Medico de Galilea. Paul Atiku, un estudiante del doctorado en la Facultad Azrieli de Bar Ilan, llevó a cabo la mayor parte del análisis estadístico.
Aproximadamente, 3.500 adultos de todo Israel participaron del estudio, llevado a cabo entre Julio y Noviembre del 2021. Estos individuos completaron una encuesta disponible en cuatro idiomas locales comúnmente hablados- Hebreo, Árabe, Ruso e Inglés-con una diversidad de preguntas sobre la infección previa por el COVID-19, el estado de la vacunación, y todos los síntomas que estuvieran experimentado.
Más de la mitad de los participantes (2.447) no declararon ninguna infección previa al SARS-CoV-2, mientras que 951 estaban contagiados anteriormente. De los infectados, 637 (el 67%) recibieron por lo menos dos dosis de la vacuna. De los 2.447 individuos que no declararon ninguna infección previa, 21 (0,9%) recibieron una dosis, 1.195 (48.8%) recibieron dos dosis, 744 (30.4%) recibieron tres dosis, y el resto no estaban vacunados (19.9%).
Los investigadores compararon a los individuos vacunados con los no vacunados en términos de los síntomas post-agudos declarados. Tras ajustar factores como la edad y el tiempo transcurrido desde la infección hasta la respuesta a la encuesta, encontraron que la vacunación con dos o más dosis de la vacuna Pfizer estaba asociada a un menor riesgo de notificar los síntomas post-COVID más comunes. Entre la población del estudio actual, los síntomas más comunes reportados-fatiga, dolor de cabeza, debilidad de las extremidades y un dolor muscular permanente-se redujeron en un 62%, 50%, 62% y 66% respectivamente. Otros síntomas comúnmente reportados, como la dificultad para respirar, se redujeron hasta en un 80%.
El estudio contribuye a la escasa información reunida hasta la fecha, acerca del impacto de la vacunación en el COVID a largo plazo. “No comprendemos plenamente qué sucede en los meses y años posteriores al COVID-19 en términos de la salud física y mental y el bienestar”, dice el referente principal del estudio, el Prof. Michael Edelstein, de la Facultad Azrieli de Bar Ilan. “Visto y considerando, que el COVID a largo plazo parece afectar a tanta gente, era importante para nosotros comprobar si las vacunas podían ayudar a aliviar los síntomas. Cada vez resulta más claro, que las vacunas no solo protegen contra la enfermedad, sino, como sugieren los resultados de este estudio, contra los efectos del COVID-19 a largo plazo, que a veces cambian la vida”.
Hasta qué punto las vacunas protegen a largo plazo, queda poco claro. Este estudio es el primero de un proyecto en curso lanzado por Edelstein para realizar un seguimiento de un gran grupo de individuos de todos los sectores de la diversa sociedad israelí, para comprender el impacto de las vacunas en la calidad de vida a largo plazo, las diferentes variantes de COVID y los síntomas del COVID a largo plazo.