(Nati Shohat/Flash90)

Los palestinos residentes en la Gaza gobernada por Hamás están entusiasmados.

Por: Jaled Abu Toameh

Las autoridades israelíes han decidido permitir que miles de ellos trabajen en Israel. Las informaciones al respecto corrieron como la pólvora y miles de gazatíes se agolparon ante las oficinas de las cámaras de comercio de la Franja con la esperanza de obtener un permiso de trabajo.

Las imágenes han enfurecido y abochornado a numerosos árabes y palestinos, que piensan que los dirigentes palestinos no hacen lo suficiente para acabar con el sufrimiento de su pueblo.

El hecho de que multitud de palestinos estén desesperados por trabajar en Israel revela el fracaso de Hamás y la Autoridad Palestina a la hora de mejorar las condiciones de vida de su pueblo, pese a las ingentes cantidades de dinero que reciben de países e instituciones como EEUU, la Unión Europea y la ONU.

En vez de brindar oportunidades a los jóvenes y a los graduados universitarios, Hamás, filial palestina de la Hermandad Musulmana, se afana en fabricar y acumular armas y en excavar túneles que puedan ser utilizados en ataques contra Israel. En vez de levantar escuelas, hospitales y zonas industriales, Hamás invierte millones de dólares en armar y entrenar a su brazo militar, las Brigadas de Izedín al Qasam. Hamás prefiere gastarse el dinero en cualquier palestino dispuesto a sumarse a la yihad (guerra santa) contra Israel que en un licenciado en paro.

Mientras sus líderes llevan una vida de lujo en Qatar, Hamás no tiene problemas en permitir que los palestinos trabajen en la “entidad sionista”. El problema para Hamás y sus seguidores viene cuando las redes sociales se llenan de imágenes de palestinos desesperados por encontrar trabajo en Israel. Entonces se avergüenzan tanto que aventan teorías conspiratorias.

El líder de la Federación General de Sindicatos Palestinos, Sami al Amsi, sostiene que en el agolpamiento de palestinos ante las cámaras de comercio de Gaza “hay agentes que no son inocentes”. Aparentemente, Al Amsi quiere crear la impresión de que elementos antipalestinos están detrás del fenómeno, con el propósito de abochornar a los palestinos.

La penosa situación económica de Gaza –65% de desempleo y 80% de pobreza– es la principal razón, afirma Al Amsi, de las “ansias” de los gazatíes por trabajar en Israel. En vez de hacer responsable a Hamás por el desempleo y la pobreza, Al Amsi y otros como él prefieren culpar a Israel. Se trata de una actitud en consonancia con la costumbre de la dirigencia palestina de evadir responsabilidades por la rapiña y el desgobierno y culpar a Israel de todo.

Ahora bien, son muchos los palestinos y los árabes que ya no compran ese discurso insensato, pues ven quién trata de poner fin a semejante sufrimiento y quién no. El activista saudí Ibn al Arab comentó en Twitter:

Los colegas de la Hermandad Musulmana en Gaza [Hamás] no dejaban de cargar contra Arabia Saudí, pese a que donó mil millones de dólares para la reconstrucción de la Franja. Hoy, quieren convertirse en trabajadores para la ocupación. Son gente sin dignidad. Lamento profundamente haber apoyado a los palestinos en el pasado.

La escritora palestina Lina Ibrahim ha escrito que las imágenes de los gazatíes buscando permisos de trabajo en Israel “dejan de manifiesto el oprobio” que ha llevado Hamás a Gaza. Dejando de lado el elevado desempleo y las violaciones contra los derechos humanos, dice, “la gente joven no puede casarse porque Hamás viola su derecho fundamental a trabajar en la Franja”.

La periodista y analista política siria Hoda Yanat publicó una foto de gazatíes agolpados ante una de las oficinas de registro con el siguiente comentario:

Esta es la Cámara de Comercio de Gaza. Miles de palestinos, licenciados universitarios incluidos, luchan por conseguir un empleo en Israel. Os garantizo que si Israel anunciara que busca trabajadores en Argelia, cruzarían el Sáhara a pie para ir a Israel y escapar del infierno en que viven.

Otro activista saudí, Al-Hamoodi4, incidió:

Gaza necesita que la liberen de la mafia de Hamás. La verdad se está revelando al mundo. Trabajadores de la Franja expresan su alegría al solicitar permiso para trabajar en Israel. La tasa de desempleo ha alcanzado el 50%, la mayoría [de los parados] son jóvenes. Uno de ellos dijo que tras oír la noticia [de que Israel estaba aceptando trabajadores] no pudo dormir en toda la noche.

Desde una perspectiva bien diferente, Yasín Izedín, activista gazatí, escribió que las escenas de miles de palestinos solicitando trabajo en Israel eran “inaceptables”.

¿Cómo liberaremos nuestra tierra si nos vamos a barrer las calles de los colonos, a lavarles la ropa y a levantar sus asentamientos? ¡Esperaba que Hamás pidiera a los trabajadores [palestinos] de la Margen Occidental que dejaran de trabajar en Israel, no que se expidieran permisos en Gaza!

Entrevistas con algunos de esos pobres buscadores de empleo revelaron la triste realidad de la vida bajo el yugo de Hamás. “En los últimos quince años no he trabajado ni tenido ingresos”afirmó uno. “En la Franja de Gaza no hay trabajo, no hay vida; tengo hijos más altos que yo y no les puedo casar”, aseguró otro.

Un empleado de la Cámara de Comercio de Gaza que prefirió no ser mencionado dijo que el primer día de inscripción habían solicitado permiso para trabajar en Israel más de 10.000 personas, y que calculaba que la cifra se duplicaría en las jornadas sucesivas. Fueron miles los trabajadores que presentaron sus solicitudes en otros centros de la Franja.

La Autoridad Palestina (AP), comandada por Mahmud Abás, también es responsable de la crisis humanitaria y económica en Gaza. Hace cuatro años, Abás impuso una serie de sanciones sobre la Franja con la esperanza de que los gazatíes se rebelaran contra Hamás. Dejó de pagar salarios a miles de funcionarios y de prestar ayuda financiera a numerosas familias empobrecidas. Asimismo, contribuyó al auge del desempleo con el despido de bastantes empleados públicos.

Las repetidas solicitudes por parte de Hamás y otros palestinos para que se levanten las sanciones han sido ignoradas por Abás y por ciertos elementos de la comunidad internacional; en ésta son muchos los que se dicen: ¿por qué responsabilizar a Abás y su AP de sus propios crímenes, cuando se pueden cargar las culpas sobre Israel?

Los individuos desesperados que hacen cola para trabajar en Israel son víctimas del fracasado liderazgo palestino. Son víctimas de la corrupción y la incompetencia de la AP y de Hamás, y de la lucha intestina entre ambas, con sus miniestados en Gaza y la Margen Occidental. Los dirigentes palestinos que incitan diariamente a la violencia contra Israel no tienen, en cambio, problemas en mendigar a Israel que permita a los palestinos trabajar en su territorio…

Últimas preguntas: ¿qué hay de la responsabilidad de los países árabes para con sus hermanos palestinos? ¿Por qué, por ejemplo, El Cairo no abre su frontera con Gaza para que los gazatíes puedan trabajar en Egipto? ¿Por qué los Gobiernos árabes no abren sus países a los palestinos que están llamando a las puertas de Israel para pedir ayuda?

Por desgracia, la respuesta es única: los árabes quieren que los palestinos sigan siendo un problema de Israel. Si a los líderes palestinos no les importa nada su pueblo, ¿por qué iban a dar un paso al frente los otros dirigentes árabes?

Como ha quedado claro para todo aquel que quiera verlo, Israel se ha convertido en la única esperanza para los hambrientos trabajadores de Gaza, que han sido abandonados no solo por sus líderes sino por sus hermanos árabes.

© Versión original (en inglés): Gatestone Institute
© Versión en español: Revista El Medio