(AP/TT/ Fredrik Sandberg ) (AP/TT/ Fredrik Sandberg )
Margot Wallstronm Abbas

El gobierno Sueco, el Primer Gobierno Feminista del Mundo según sus propias palabras, se somete ante los dictados del primer gobierno, no el único, declaradamente machista, misógino, homofóbico, antioccidental y antisemita, de toda la historia de la humanidad, a saber el Gobierno de los Ayatolás iraníes.

Una grotesca contradicción, la del gobierno feminista sueco, que pone de rodillas al Movimiento Feminista Internacional frente a los crueles ayatolás torturadores irredentos, de mujeres y homosexuales.

La ONU en un aparente ataque de realidad, rabia y coherencia, que tal vez ya no vuelva a repetirse, ha criticado al Gobierno Sueco por plegarse a las normas de vestimenta del régimen misógino de los ayatolás. El odio de los ayatolás, en particular a las mujeres, es solo comparable al odio que el islamismo, representado por el Islam, profesa contra la mujer en general. Todos deberían saber, que para los ayatolás las mujeres son seres sin alma, que están en el nivel inferior de los seres vivos solo comparable al de los primates ¿Duele saber esto? Todo parece indicar que al “Primer Gobierno Feminista Sueco” no le duele y además no le da la menor importancia ¿Incoherencia o aducción mental? Aún no lo sabe nadie, en este “planeta sueco” de las incoherencias y los devaneos, con el Mal escrito en mayúsculas.

El Primer Gobierno Feminista del Mundo Libre, que tendría que ser un título nobiliario tal designación, se vistió de pies a cabeza, nunca mejor dicho, con la humillante vestimenta impuesta por los ayatolás a las mujeres iraníes y a las mujeres europeas representadas por el ya nombrado Gobierno Feminista Sueco. Una opresiva vestimenta, oscura y depresiva, que trata de marcar a las mujeres su papel de sometidas a la voluntad de los ayatolás y de los hombres, por este perverso orden.

El Primer Ministro de Suecia, Stefan Löfven se hizo el sueco, y exhibió a su gabinete feminista ante la inquisitiva mirada del Presidente de la República de Irán, Hasán Rouhaní, que pasó revista a las tropas “vikingas” feministas suecas. Si las vikingas de antaño levantaran la cabeza y vieren a sus compañeras de milicia humilladas ante los ayatolás volverían a empuñar sus espadas contra los opresores de las liberales, supuestamente, mujeres vikingas. La igualdad de mujeres y hombres ha quedado en el Valhalla Democrático de la mitología, arrasado por las hordas de los ayatolás iraníes. En Occidente se pierden continuamente las batallas contra las salvajes dictaduras yihadistas.

Para colmo de males, el Gobierno Feminista Sueco, se manifiesta abiertamente antisemita, antijudío y antisionista, en realidad nada nuevo con la historia que arrastra Suecia. En otro ataque a la Democracia Occidental, la libertad, la justicia y la moral, el Gobierno Sueco representado por la ministra de Exteriores, Margot Wallstrom, anunció la designación de un “enviado especial” para resolver de una vez el conflicto israelí-palestino. A ver si somos coherentes mis estimados vikingos ¿No son ustedes capaces de oponerse a los dictados de los ayatolás y quieren arreglar el mundo? Ya sabemos que tienen más de quinientos mil árabes en su país y que el número sigue creciendo propiciado por las políticas suecas, de hacerse el sueco, ante el peligro yihadista en Europa. Una vez más los suecos, valga la redundancia, se hacen los suecos, con Occidente y con Israel, el Único Gobierno Democrático del todo Oriente y parte de Occidente.

Muy mal pintan las cosas para Suecia, en otro tiempo un referente de libertad democrática, educación avanzada y cultura progresista. En castellano “hacerse el sueco es sinónimo de hacer como que no te enteras de algo, desentenderte de una obligación o hacer como que la cosa no va contigo”. Lamentablemente el Primer Gobierno Feminista del Mundo se ha hecho el sueco desentendiéndose de la Justicia Internacional y los Derechos Humanos, de los cuales tanto alardea ¡Esto es el colmo, aunque no es de extrañar cuando la capital de Suecia es Estocolmo!

Por José Ignacio Rodríguez

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