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En la calle palestina se estaba gestando la Primera Intifada en 1987. La primera gran revuelta popular palestina, que agarró desprevenido al establishment de seguridad israelí, con decenas de miles de personas saliendo en pueblos y carreteras a enfrentarse a pedradas contras las tropas de tzahal.

Por Ofer Laszewicki Rubin

“La cultura palestina ensalzaba a los héroes que tiraban piedras y cócteles molotov, y yo quería ser uno de ellos. Me convencieron que así liberaríamos Palestina y lanzaríamos a los judíos al mar. Esa es la cultura con la que crecí”, cuenta a Aurora Mohamed Mased, casado y con seis hijos, y actualmente con residencia en Haifa.

Se enroló en la “Pantera Negra” de Al-Fatah, y a los 15 años ya lanzaba cócteles molotov y disparaba uzis o kalashnikov contra blancos israelíes. “Fui uno de los que logró secuestrar a un soldado, que fue liberado a cambio de varios presos palestinos”, asegura. Por ello, fue encarcelado durante más de dos años, pero fue liberado como parte de los Acuerdos de Paz de Oslo firmados en 1993.

Ya en libertad, se integró con un cargo público en la ANP. “Pero descubrí que son una banda de corruptos, y empecé a trabajar en su contra. Decidí romper el silencio, empecé a denunciar su corrupción y los dejé. Al poco tiempo empezaron a investigarme porque hablé sobre ellos, y me acusaron de ser sospecho de colaboración con los israelíes”, prosigue el ex terrorista palestino. Dice que le amenazaron y persiguieron, a pesar de que no tenía vínculo alguno con “el enemigo”. Finalmente, fue arrestado por las fuerzas de seguridad palestinas para ser interrogado. Al soltarle, se dio cuenta de que estaba aislado: nadie quiere relacionarse con los colaboracionistas.

ASILO EN ISRAEL

“Vine a Israel, me presenté a la policía, y les dije que quería vivir aquí por amenazas de muerte que recibía a diario”, asegura Mohamed. En 1997 se mudó al país que tanto odiaba. Recibió carné de identidad, formó una familia y “desde entonces no he pasado un día sin luchar contra el terror y la corrupción de la ANP”. Se dijo a sí mismo: “debo arreglar mis errores del pasado, luchar en favor de la paz, la tranquilidad y la seguridad de los dos pueblos. Me duele mucho que la gente cometa actos violentos para nada”.

Desde su residencia en Haifa mantiene contacto diario con “todos los palestinos buenos. Estoy actualizado constantemente en todo lo nuevo que ocurre ahí, y cada semana suelo viajar a Burquin, mi pueblo ubicado cerca de Jenin”. Mased mantiene también muy buen contacto con líderes comunitarios de los asentamientos judíos de Cisjordania: “soy muy amigo de Yossi Dagan (consejo regional en Samaria), y todos me reciben calurosamente. Soy una persona que trabajé por mis objetivos: hay que mantener la seguridad ante todo. Estoy en muchos encuentros y conferencias, y siempre digo lo mismo. La seguridad es la base para todo: tranquilidad, paz, economía… todo se basa en esto. No se moverá nada sin eso”.

EL PUEBLO PALESTINO, SECUESTRADO

“El pueblo palestino está en manos de organizaciones terroristas y una autoridad corrupta, que trabajan en pro de una guerra y rechazo, para generar más asesinatos. Ellos ganan de esto”, opina Mased. Por ello, defiende que la coexistencia “no pasará por Tel Aviv o Ramallah, solo si nos encontramos en los pueblos, y que nos entendamos. En los encuentros que mantengo con judíos hacemos todo esfuerzo para alejar a quienes incitan”.

Y prosigue dibujando su visión: “nuestro sueño es que haya seguridad, que nuestros niños no vivan lo que nosotros pasamos de jóvenes. Hicimos sufrir demasiado a nuestros padres empuñando las armas, y éramos nosotros quienes sufríamos, no los políticos o los que viven cómodamente fuera y se llenan la boca de que defienden al pueblo palestino o al israelí”.

Para el ex terrorista, la solución inmediata pasa por crear un nuevo cuerpo judicial y de seguridad palestino que no esté basado en la ANP: “es la mayor necesidad, para nosotros y para Israel. En toda negociación, si viene un terrorista, no importa de qué lado, y actúa, hará estallar todo. Necesitamos un cuerpo que represente la paz”.

UN ESTADO, SU SOLUCIÓN

Mohamed Mased dice que fuera de micrófonos, la mayoría de palestinos con los que hablan le expresan su voluntad de vivir bajo control israelí, “pero no lo pueden decir porque la ANP los perseguirá”. Y sigue desgranando su plan: “necesitamos un ente que proteja a la gente legítima de nuestro pueblo, para que el mundo entero entienda que nuestro pueblo es pacífico. Queremos volver como antes del 87. Vivíamos juntos, salíamos de nuestro coche de Jenin a Haifa y Tel Aviv, los buses de Eged llevaban a los trabajadores de nuestros pueblos en todas las urbes de Cisjordania, que cada día viajaban libremente a Israel con plenos derechos, y los israelíes venían a nuestros mercados de compras, o a arreglar coches”.

No ve posible la solución de dos estados en esta tierra porque “es un lugar pequeño, y el intento de Gaza, cuando los israelíes salieron y se levantó un estado de terror que mata a su propio pueblo, lanzando misiles a civiles israelíes para ganar dinero de Qatar y otros, demuestra que no es viable. De cada lugar que Israel salga, se levantará un estado terrorista”.

“Si hubiera una autoridad palestina reconocida por Occidente que proteja al pueblo palestino, entonces los palestinos podrían expresar que queremos vivir juntos, bajo un solo estado. Lo escucho mucho a diario de compatriotas míos, cada día me llaman y me piden que abran la frontera, no quieren vivir bajo control de la ANP y organizaciones terroristas», asevera.

Respecto a los palestinos y quienes les apoyan que esgrimen que la ocupación israelí es el principal escollo para resolver el conflicto entre los dos pueblos, Mased lo achaca a que “reciben dinero de extranjeros para repetir este mensaje. Qatar e Irán les manda dinero para incitar en contra a Israel e incendiar la zona”. Por ello, hace un llamamiento: “pedimos a los extranjeros, sobre todo al BDS, que nos dejen en paz, podemos arreglar nuestros asuntos y arreglarnos con los israelíes”.

Fuente: Aurora