La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, visitó el Muro Occidental (conocido en el mundo gentil como el Muro de los Lamentos) de Jerusalem, donde fue saludada calurosamente por una muchedumbre que le expresó su gratitud, en el sitio sagrado judío.
Hace cincuenta años paracaidistas israelíes tomaron el control o “liberaron” el Muro Occidental o “Kotel Hamrabí” durante la Guerra de los Seis Días de 1967. Haley se mantuvo en silencio con sus manos sobre las piedras en la sección femenina del muro de dos mil años de antigüedad.
El paseo por el lugar sagrado de Jerusalén fue designada como una visita privada, tal como la que realizó el presidente norteamericano, Donald Trump, con el objetivo explícito de que no se perciba como un reconocimiento tácito de Estados Unidos de la soberanía israelí sobre la Ciudad Vieja.
Tras la guerra, Israel anexó la parte oriental de la ciudad, una movida que no ha sido reconocida por la comunidad internacional, que sostiene que el estatus final de Jerusalén debe ser decidido en negociaciones entre Israel y los palestinos.
El rabino del Muro Occidental, Shmuel Rabinovitch, y el director de la Fundación Patrimonio del Muro Occidental, Mordejai Eliav, se reunieron con Haley y le explicaron la historia y el significado del sitio. Aunque una sección especial fue acordonada para que rezara en solitario, la embajadora se dirigió a la aglomerada sección de las mujeres y pasó unos minutos tocando el muro. Cuando se retiraba fue rodeada por numerosas personas que le agradecieron por estar de pié firme junto a Israel en la ONU.
Haley dijo que está conmovida por la recepción que se le brindó en Israel y que lo único que hizo fue simplemente decir la verdad cuando defendió al Estado judío en las Naciones Unidas.
El Muro Occidental es parte de los muros que sostienen el complejo donde se elevaba el Segundo Templo, y por lo tanto el lugar judío más sagrado para las plegarias, por su cercanía al Sancta Sanctorum.
Luego paseó por los Túneles del Muro Occidental, donde firmó el libro de visitas.
“Mi corazón está lleno, y mi vida cambiará después de esta visita”, escribió. “Fue una bendición mi experiencia en el lugar santo con personas espirituales llenas de amor. Que Dios bendiga a quien llega al Muro Occidental”.
Haley dijo que su primera visita a Israel le mostró una realidad que no esperaba. Se sorprendió por lo corta que la distancia que hay entre Tulkarem, una urbe cisjordana controlada por la Autoridad Palestina, y Natania, una ciudad costera israelí sobre el Mediterráneo -a sólo unos doce kilómetros de distancia en línea recta-.
Haley tenía planeado visitar una escuela de la UNRWA y podría visitar un asentamiento de Judea y Samaria (Cisjordania), un propósito que aún no se había confirmado. También tiene previsto recorrer las fronteras de Israel con Gaza y Siria, y visitar el Museo del Holocausto Yad Vashem, en Jerusalem.
Previamente, Haley se reunió con el primer ministro, Biniamín Netanyahu, y ambos se comprometieron a desarrollar un plan de largo plazo, para deshacer la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra los asentamientos, aprobada en los últimos días de la presidencia de Barack Obama, según el Canal 2 de la televisión.
Haley, de 45 años, cuyos padres son originarios de la India, se refiere a menudo a su educación concedida por sus progenitores como el pilar de su fortaleza. Nacida como Nimrata (Nikki) Randhawa, sus padres emigraron del Punyab a Canadá y luego a Estados Unidos en la década de los sesenta.
Considerada una política y empresaria exitosa, Haley ha sido la primera mujer elegida como gobernadora del Estado de Carolina del Sur, antes de ejercer como embajadora de EEUU en la ONU.
Fuente: Aurora