Los mal llamados “progresistas” de izquierdas son el caladero donde pesca el antisemitismo internacional. La manipulación subrogada antijudía progresista, en íntima relación con el terrorismo árabe-palestino, se gestiona por medio de los grupos BDS y sus congéneres de afinidad ideológica.
La ceguera intelectual y el mirar para otro lado, de la comunidad internacional, está produciendo un caldo de cultivo antijudío de impredecibles consecuencias.
La sensación de estar repitiéndose la historia, en esta especie de agresiva perrera de pensamiento antisemita, por la que estamos transitando, nos hace estar conscientes que vivimos en tiempos peligrosos ¿Se está repitiendo la historia? Sin la menor duda y lo peor es que no se están tomando acciones concretas contra el rampante antisemitismo, que lo infecta todo a su paso. La presión, la violenta presión, que los movimientos políticos de izquierdas y de extrema derecha están protagonizando a nivel internacional está haciendo irrespirable la política y sus actuaciones, en medio de las sociedades democráticas.
En España los movimientos antisistema y antisemitas, que siempre suelen ir de la mano, promueven el boicot a Israel como nación, a sus productos y a todo aquello que esté relacionado, con los judíos en general. La práctica nazi del boicot a los comerciantes judíos en Alemania está sirviendo como modelo de actuación a una ideología, que se define como progresista de izquierdas. Una situación que no solo pudiera afectar al libre comercio, sino que pone literalmente en riesgo físico a la población judía, en cualquier parte del mundo. La situación que vivimos en la actualidad es calcada a la situación vivida, por la comunidad judía en la Alemania nazi.
Los actos de antisemitismo se manifiestan en muchas formas, pero el boicot a todo aquello que tenga que ver con Israel o los judíos, que es lo mismo, es el principal impulsor de esta ola de odio antijudío que envenena la sociedad. Los ataques vandálicos a los cementerios judíos, en diferentes partes del mundo, deberían ser considerados como una señal clarísima de un peligroso precedente, para la pacífica convivencia de las sociedades democráticas.
Las Democracias Occidentales están seriamente amenazadas por el espíritu salvaje, terrorista y diabólico, valga la redundancia, de los movimientos enraizados y sustentados por los grupos BDS. El monstruo de la intolerancia y la violencia, contra Israel y los judíos, sigue siendo alimentado por los gobiernos que no toman acciones radicales contra este peligroso depredador. ¿Hasta cuándo van a tolerar a los intolerantes? Los que toleraron y toleran a los intolerantes, vaga de nuevo la redundancia, acabarán siendo deglutidos bajo las fauces ensangrentadas de los grupos que promueven el boicot y el odio a los judíos.
Los gobiernos democráticos deben luchar, con la fuerza de la Ley, para eliminar de raíz las violentas acciones de los diferentes grupos de ideología nazi, aunque se disfracen de humanitarios progresistas de izquierdas. Lo peligroso de estos grupos, que aparentan ser honrados ciudadanos preocupados por asuntos sociales, es que esconden bajo la piel de cordero a esos “lobos solitarios” que asesinan cobardemente a personas inocentes sean ancianos, niños, mujeres u hombres en cualquier parte del mundo. Nadie está a salvo de ser asesinado por estas asociaciones de alimañas, o manadas de lobos solitarios, coordinados bajo la influencia y la manipulación mental de los grupos BDS.
Si existe una peligrosa secta violenta, en este tiempo de la historia en la que vivimos, es sin la menor duda la integrada, por todos aquellos adeptos a los grupos BDS estructurados en forma de partidos, ong`s o cualquier otro tipo de asociaciones. La no intervención a nivel gubernamental, jurídica o de la sociedad civil en las modernas y democráticas sociedades, sería una catástrofe de inimaginables consecuencias. Una catástrofe solo comparable a la mayor tragedia de la humanidad que ya dejó más de seis millones de judíos masacrados por el “imperio” nazi alemán en una Europa, que no intervino ante la incitación de odio y boicot contra sus propios ciudadanos.
La manipulación antijudía de la izquierda progresista debe ser considerada como una peligrosa llamada de atención, para que no volvamos a repetir una historia de sangre y muerte. Una historia que jamás será olvidada, por todos los seres humanos de buena voluntad.
Por: Unidos con Israel