Sólo en una sociedad musulmana radical, como la de los palestinos, se puede encontrar expresiones públicas de regocijo por el brutal asesinato de una madre de seis hijos.
Decidme el nombre de un país civilizado donde el padre de un niño de 16 años de edad, que invadió la casa de una mujer y la apuñaló hasta la muerte delante de sus hijos le dice a los medios que se siente orgulloso de su hijo.
Lamentablemente, cada hombre, mujer y niño con acceso a las noticias sabe la respuesta a esta dolorosa cuestión.
El padre del menor Murad Badr Abdullah Adeis que fue arrancado de su cama por las fuerzas de seguridad israelíes la noche del lunes al ser el sospechoso de asesinar a Dafna Meir, de 38 años y madre de seis hijos, dijo a los medios de comunicación palestinos que apoya a su hijo.
«Estoy orgulloso de él», dijo. A continuación, se quejó de que el ejército israelí insistió en interrogar a la familia e incluso amenazó con demoler su casa, que es una de las medidas que Israel utiliza como pena para desalentar futuros actos de terrorismo.
Tras una persecución que duró más de un día, la FID y el Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel) arrestaron a Adeis bajo sospecha de haber cometido el asesinato en Otniel.
Fue capturado en su cama en la aldea de Beit Amra, a dos millas de Otniel, y ahora está siendo interrogado por el Shin Bet.
Una teoría emergente sugiere que el asesinato de Meir fue cometido en represalia por la muerte de un pariente lejano de Adeis que fue asesinado al tratar de matar a judíos.
Otro informe sugiere que tenía una disputa familiar y quería «darles una lección».
También está cada vez más claro que Adeis no era un trabajador de la construcción árabe empleado en la comunidad, pero aun así se las arregló para infiltrarse y llevar a cabo el asesinato. No fue tan difícil para él ya que, aunque Otniel es patrullada por las fuerzas de seguridad, no está rodeada por una valla, como sí ocurre en muchas comunidades judías en Judea y Samaria.
Por: JNI.Media
