¿Cuál es el secreto de la noche del «Séder de Pésaj»? ¿Por qué la persona está protegida hasta tal punto que no tiene que decir la Kriát Shemá antes de ir a dormir?
«Esta noche está protegida de las Fuerzas de Mal» (El Ramá, Shulján Arúj, Oraj Jaím, 481:2).
La Torá describe la noche del Séder de Pésaj como «Léil Shimurím» – «La Noche de la Protección» (Éxodo 12:42), cuando Dios personalmente sacó a Sus queridos hijos de Israel de Egipto. El Midrash interpreta el término original en hebreo de «Léil Shimurím» de dos formas diferentes: La primera, es una noche «reservada», ya que Dios redimió a Israel de la esclavitud durante la noche del quince del mes hebreo de Nisán, Él reserva esta noche para redimir en el futuro a sus hijos, los hijos de Israel, (Yalkut Shimoní, Bo, 210). La segunda, es una noche «protegida», ya que la Presencia Divina de Dios rechaza todos los Mazikím, las fuerzas del mal.
«La Noche de la Protección» no es ningún mero eslogan; ¡sino que proviene de la Ley Divina! El Código Condensado de la Ley Judía (119:9), en la explicación como realizar la última parte del Séder, escribe: «Después de la bendición tras la comida festiva, vertemos la cuarta copa de vino, según la costumbre, abrimos la puerta para recordar que esta noche es una noche protegida y no tememos nada.»
¿Cuál es el secreto de la noche del Séder? ¿Por qué la persona está protegida hasta tal punto que no tiene que decir la Kriát Shemá antes de ir a dormir?
La parábola siguiente lo explicará:
Cierta vez, había un rey que estaba furioso con sus criados. Uno de ellos derramó su mejor vino sobre su nuevo traje blanco de terciopelo. Un segundo «endulzó» su té con tres cucharitas de sal en vez de azúcar. Un tercero dejó un alfiler clavado en su nueva camisa que le pinchó dolorosamente en el brazo. Una nube de incertidumbre descendió sobre el palacio. Los criados temblaron de miedo por la ira del rey.
El fiel mayordomo convocó a los músicos de palacio. El rey ansiaba la música, sobre todo los encantadores arreglos instrumentales de cuerda de sus queridos músicos. ¡»Entren en la cámara del rey y comiencen a tocar – ¡no paren aunque se les caigan los dedos! Sólo ustedes pueden aplacar al rey», dijo el mayordomo con urgencia.
Todos los ojos estaban sobre los músicos: el violín se rió mientras el violoncelo lloró; la viola toco de puntillas en las octavas superiores como le gustaba al rey, mientras el contrabajo mantuvo un ritmo estable y calmante que relajó el alma del rey. Encantado con la hermosas melodías, el rey dejó de lado todos sus otros asuntos para disfrutar totalmente de la música. Gradualmente, una sonrisa de satisfacción sustituyó el ceño fruncido del monarca.
Los músicos habían salvado la situación. El rey no sólo perdonó a los criados, sino que también declaró unos días festivos en honor de su maravilloso «cuarteto de cuerdas».
El «cuarteto de cuerdas» es simbólo de los cuatro hijos de la Hagadá. Durante la noche del Séder, hasta el malvado, el simple, y el tímido hijo se unen a su sabio hermano en el canto de alabanza a Dios y a la historia de nuestro éxodo de la esclavitud en Egipto. Tal «música», en la cual los cuatro hijos participan, satisface indescriptiblemente al Creador, el Rey de todos los reyes.
Durante la noche del Séder de Pésaj, cada judío le habla a Dios. El Rabí Najman de Breslev explica (Sijót HaRan/Conversaciones, 70), «Pues cuando un judío desea hablar al Creador, Dios deja todo lo demás de lado. Hasta los malos decretos son puestos aparte en ese momento. El Todopoderoso deja todo de lado, y sólo escucha a la persona que busca Su presencia.»
En la luz de esa enseñanza de Rabi Najman, es fácil entender por qué la noche del Séder es llamada «La Noche de la Protección», ya que todo el pueblo de Israel está ocupado en su mesa de Séderagradeciendo al Creador y cantando Su alabanza. Todos los anfitriones Divinos bajan a la Tierra para oír la historia de nuestro éxodo de Egipto. Dios otorga su Presencia Divina a Sus queridos hijos, y escucha todas las dulces palabras que son dichas alrededor de la mesa del Séder. Los elementos del mal no se atreven a mostrar sus rostros durante una santa noche como esta.
En realidad, todo hombre puede convertir cualquier noche en una «Noche de Protección» simplemente desahogando su corazón en una plegaria personal. Rabí Najman de Breslev enseña que cuando alguien desea hablarle a Dios, Él deja aparte todo para escucharlo. En virtud de nuestra conversación con Dios, apresuramos el fin del exilio y la Redención final de nuestro pueblo y el mundo entero, que sea pronto y en nuestros días – ¡Amén!
Fuente: Breslev en español