El tren de la paz entre Israel y el mundo árabe partió, y a pesar de las amenazas de los Guardianes de la Revolución de Irán y su filial libanesa, Hezbollah, y las protestas de Turquía y los palestinos, no es previsible que se vaya a detener.
Fuente: Aurora
El veterano periodista, Ehud Yaari, del Canal 12, reportó que fueron los funcionarios emiratíes los que apuraron la iniciativa. Ellos vieron el asunto de la suspensión de la “anexión”, o la extensión de la soberanía israelí a partes del territorio de Judea y Samaria (nombres bíblicos de Cisjordania), como un paraguas, una oportunidad, para envolver el paquete del acuerdo con los israelíes y los norteamericanos.
De esta manera, los Emiratos Árabes Unidos (EUA) oficializan las relaciones “extramatrimoniales” clandestinas desde hace casi dos décadas con Israel, en el ámbito diplomático, de inteligencia y militar.
Yaari agrega que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, deja como legado un cambio radical en el paradigma trazado por sus antecesores, especialmente Itzhak Rabin y Ehud Olmert. Y esto es que no se precisa entregar territorios ni acordar con los palestinos para normalizar las relaciones con el mundo árabe.
Netanyahu comprendió que de cualquier manera no contaba con el apoyo de la coalición gobernante para la anexión en Cisjordania, como tampoco de Estados Unidos, ni de los colonos más radicalizados. De hecho, EUA e Israel firmarán acuerdos e intercambiarán embajadores; mientras que las fuerzas israelíes no se retirarán de Judea y Samaria.
Tal vez el pacto revela la incipiente creación de un nuevo bloque estratégico formado por Israel y los países árabes sunitas moderados contra Irán y el extremismo islámico, que está transmitiendo un fuerte mensaje al candidato estadounidense Joe Biden, favorito en las encuestas para las elecciones de noviembre.
El periodista judío estadounidense, Elie Lake, explicó en su columna en sitio web del canal Bloomberg, que Emiratos ha comprendido, a través de la experiencia, que el Estado judío no tuvo nada que ver con el colapso de Yemen, Siria, Libia e Irak, sino los regímenes y grupos que más se oponen a Israel son en realidad quienes están prendiendo fuego a la región.
Lake sostiene además que los Emiratos han visto a Israel desarrollarse y crecer mientras sus vecinos caen el caos. Los líderes del mundo árabe, señala Lake, entienden mejor algo que muchos occidentales defensores de los palestinos no comprenden, y que alguna vez apuntó el extinto líder de Al Qaeda, Osama bin Laden: “cuando la gente ve a un caballo fuerte y a uno débil, elige naturalmente al fuerte”.