¿Qué soldado no recuerda a su comandante y la influencia que tuvieron sobre ellos? Tres comandantes de diferentes brigadas compartieron su visión de lo que es un «buen comandante» que está dispuesto a dar todo por sus soldados.

Entre historias personales, ética militar y experiencias únicas, estos comandantes ayudan a formar a quienes protegen a Israel y sus civiles.

El Teniente Dan es un comandante de pelotón en el Batallón Haruv, la unidad de élite de la Brigada Kfir. «Comencé mi servicio en la Brigada de Paracaidistas en 2014 y después de completar el Curso de Oficiales, tuve la oportunidad de ser uno de los primeros comandantes en el nuevo Batallón Haruv», cuenta.

 

Ser comandante y oficial era algo natural para él. El teniente Dan explica con emoción y convicción las razones por las cuales quería dar más a las FDI: «Un buen comandante es aquel que sabe cómo convertir a sus soldados en la mejor versión de sí mismos», explica. «He tenido comandantes extraordinarios que tuvieron mucha influencia en mí y que me han afectado emocionalmente, he visto cómo han cambiado las vidas de los soldados que me rodean. Yo quería seguir su ejemplo”.

Algunos de sus soldados decidieron seguir su camino y ahora también son oficiales. «Es muy especial recibir civiles, convertirlos en soldados, luego en combatientes y por último, en comandantes. Es un ciclo muy significativo y completo», explica el teniente Dan.

Continúa explicando la importancia que pone en la balanza en sus tácticas de mando, entre tratar a sus tropas como soldados y como seres humanos. «Un buen comandante sabe cómo ver a sus soldados como personas que tienen sueños y heridas, que son seres humanos. A veces hay que saber cómo hablar con los soldados, no como un comandante con rango, sino como un humano que puede también entenderlos».

Para el Teniente Pavel, subcomandante de la Compañía Keter dentro de la Policía Militar, la motivación para ser un oficial vino de un momento especial. «No quería unirme al ejército y menos aún cuando supe a dónde me iba a alistar, no sabía qué era la Policía Militar. Luego, en el centro de reclutamiento, me encontré con un oficial llamado Lior que me contó a mí qué era realmente la Policía Militar. Me explicó todo como si fuera mi madre y me hizo darme cuenta de la importancia de este trabajo», recordó con nostalgia.

 

El Teniente Pavel sabe que sus esfuerzos contribuyen a la seguridad de Israel. «Los soldados de la Policía Militar protegen a los civiles israelíes día tras día frustrando cualquier intento o paso ilegal de armas a Israel». Cuando el teniente Pavel se unió a la Policía Militar y vio por sí mismo la importancia de este puesto, sus desafíos y responsabilidades, quería ir al Curso de Oficiales. «Realmente quería hacer un impacto positivo en personas como Lior hizo conmigo», dice.

Pero el Teniente Pavel sabe ahora que su posición como comandante adjunto de toda la Compañía Keter es mucho más importante de lo que inicialmente pensó. «Lo que es difícil es recibir soldados y entrenarlos en un tiempo muy breve para que sean soldados de combate operacionales. El Teniente Pavel ha sido subcomandante durante un año y medio y explica que la parte más importante de su posición es mostrar interés en su soldados, ser responsables de ellos y cuidar de su bienestar, no solo en la base sino también fuera de la base.

La Teniente Mijal comanda el curso de Tagat en la base de Michve Alon. Este curso de seis meses permite que los soldados sin un diploma de escuela secundaria reciban uno después de aprobar cursos en seis materias diferentes.

 

«Lo que más me gusta de este trabajo es trabajar con gente». Además del comando y el lado operativo de las cosas, me encargo de la educación y esta combinación realmente me da algo increíble. Los soldados que están en el curso Tagat abandonaron la escuela secundaria, por lo que debemos buscar la manera de motivarlos para que regresen al entorno escolar, donde se sientan en una silla y escuchan una clase, que es exactamente de lo que estos soldados se escaparon».

«Cuando estás aquí, tienes que darlo todo. Ser comandante también significa prestar atención a los soldados. Debo ser responsable de las personas que están bajo mi mando».

La Teniente Mijal ha entendido que a pesar de sus responsabilidades, ve que lo que le da a sus soldados y los valores que les enseña todos los días han dado sus frutos. «Al comienzo de mi servicio, yo era comandante en la base de Havat Hashomer. Luego, cuando me convertí en comandante de compañía, me asignaron a la base de Michve Alon. Tenía soldados en el curso de Tagat, que anteriormente estaban bajo mi mando al comienzo de su servicio en la base de Havat Hashomer. Realmente sentí que me daba un cierre. Estuve con ellos al principio de su servicio, cuando no creían en sí mismos y luego los encuentro al final de su servicio aquí. Cuando vi cuánto habían madurado, sentí que realmente había cerrado un círculo. ¡Es muy satisfactorio!

Dan, Pavel, Mijal … Todos los días, estos oficiales son responsables de los soldados de las FDI. Inculcan en ellos los valores del ejército de la mejor manera posible. Al combinar el lado humano, educativo y operativo, o al hacerlos conscientes de la importancia de su trabajo, estos oficiales entrenan a quienes nos protegen a diario y arriesgan sus vidas por la seguridad del país.

Fuente: Blog del IDF

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