En ocasión de la aparición del nuevo CD en español, Los Niños son Alegría, quisimos compartir con ustedes esta carta que recibimos en nuestra redacción:

Gracias a Dios, tengo un negocio en casa que le fue muy bien en los últimos tres años. Mi segundo hijo nació hace tres años por cesárea y con el heter -permiso- de un rabino local, usé un método de prevención del embarazo durante dos años, porque no estaba lista, ni física ni emocionalmente, de enfrentar otro embarazo.

El año pasado, cuando pasaron dos años, le dije a mi marido que ahora sería buen momento de dejar de usar métodos anticonceptivos. Mi marido no estaba tan seguro y me dijo que él todavía no estaba listo, alegando que no estaba seguro de que él ni que yo pudiéramos enfrentar ahora otro bebé más, la inestabilidad de un trabajo relativamente nuevo (el suyo) y el hecho de que él quería más tiempo para “respirar” sin tener que pasar otra vez por noches sin dormir, otra cesárea y todo lo que eso implica. Lo conversamos y obtuvimos un heter para usar anticonceptivos otros seis meses. A pesar del permiso del rabino, yo me sentía mal porque sentía que estaba lista y sabía que con al ayuda de Dios podíamos manejarnos con otro bebé más a esta altura. Continué usando anticonceptivos otros dos meses, además de los dos años anteriores.

En estos dos meses, mis ingresos en el negocio casi no existieron y apenas logré ganar un tercio de lo que había ganado antes. Mi marido se puso todavía más nervioso.

Decidí dejar de buscar “permisos” que solamente debilitan mi emuná ya de por sí débil. Le envié un mail al Rav Arush pidiéndole consejo y él respondió que la hitbodedut es la respuesta. Entonces hice plegaria y Le pedí a Hashem que me iluminara y Hashem me demostró que los anticonceptivos y la falta de ingresos tenían una estrecha relación. Yo ya no necesitaba los anticonceptivos. Solamente tenía una emuná débil. Le dije a mi marido que ya no iba a usar anticonceptivos y le prometí que iba a ver un aumento en el sustento como resultado de nuestra emuná. Me sentía un millón por ciento confiada en que Hashem otra vez nos iba a enviar un buen sustento.

Y así fue: como si hubiéramos un botón, apenas fui a la mikve ese mes, los clientes empezaron a llegar otra vez de a montones y gracias a Dios, desde ese momento no he tenido tiempo de tomarme un descanso! Todavía no tengo buenas noticias pero pido y tengo emuná en que Hashem ciertamente nos bendecirá proto con otro hijo.

Una vez más le quiero dar la gracias al Rabino Shalom Arush y al por sus consejos y sus enseñanzas. Y que Hashem le siga enviando muchas bendiciones físicas y espirituales para que pueda seguir difundiendo la luz de la Torá y las enseñanzas de Rabí Najman al mundo. Amén!

Fuente: Breslev en Español

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