En 1912, en Kappsta (Suecia), nació Raoul Wallenberg. Un diplomático sueco, que fue afamado mundialmente por colaborar y salvar a miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Motivo suficiente para ser reconocido por el instituto Yad Vashem, el Estado de Israel y el pueblo judío como Justo entre las Naciones y declarado ciudadano de honor de Estados Unidos en 1981, en 1985 de Canadá y en 1986 de Israel.

En el Talmud se lee la frase «Quien salva una vida, salva al Universo entero». Y eso es lo que hizo Wallenberg gracias a su voluntad y status política -al ser designado en 1944 como primer secretario de la delegación sueca en Budapest- para proteger a tantos judíos húngaros. Entre otras cosas, les entregó pasaportes ilegales que los identificaba como suecos en espera de repatriación, albergó a refugiados en distintas delegaciones alquiló algunas casas para los refugiados judíos con fondos de la embajada y hasta negoció con oficiales nazis como Adolf Eichmann y el comandante de las fuerzas armadas alemanas en Hungría, el general Gerhard Schmidhuber, y consiguió que cancelaran las deportaciones a los campos de concentración con la amenaza de ser procesados por crímenes de guerra.

Poco tiempo después, con la llegada del Ejército Rojo a Budapest en 1945, Wallenberg fue arrestado. Alegó ser un espía Office of Strategic Services (OSS). En febrero de 1957 los soviéticos presentaron documentos que decían “que el prisionero Raoul Wallenber murió en su celda”, tras recibir una gran presión internacional. El manuscrito pertenecía al 17 de julio de 1947, fecha de su fallecimiento. Como el Gobierno de Suecia nunca explicó el motivo por el que no hicieron pública la muerte de Wallenberg, se especuló demasiado, y hasta muchas personas como prisioneros y otros testigos declararon haberlo visto.

Fundación Raoul Wallenberg

En su memoria, Baruj Tenembaum creó una institución internacional, con sedes en Nueva York, Jerusalem y Buenos Aires, con la idea de establecer proyectos educativos que promuevan el ejercicio de los valores de Solidaridad, libertad, justicia e igualdad.

Por la redacción de Radio Jai