Tras la acusación del Rey de Jordania a Israel de intentar cambiar el status quo, los funcionarios israelíes dicen que estas declaraciones incitan a la violencia .

En septiembre, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, afirmó, «Al-Aqsa es nuestra y también lo es la Iglesia del Santo Sepulcro. Ellos [los JudÍos] no tienen derecho a profanarla con sus sucios pies». A estas incendiaras declaraciones agregó un elogio para los terroristas musulmanes que atacan a policías israelíes enviados para proteger a los fieles judíos. Desde entonces, la  Intifada de los cuchillos – que ha sesgado 39 vidas y herido a cerca de 500 personas, muchas de ellas graves.

«Nuestra responsabilidad hacia los lugares sagrados musulmanes en Jerusalem es nuestra máxima prioridad en el ámbito internacional, y utilizaremos todos los medios necesarios para defender la mezquita de al-Aksa», dijo Abdullah declaró en una entrevista publicada esta semana.

Los funcionarios de la frontera de Jordania la semana pasada, y no por primera vez, impidieron la entrada de los judíos que llevaban vestimenta religiosas tradicionales cuando intentaron visitar el país. El grupo, de acuerdo con el canal israelí Canal 2, había planeado orar en la tumba de Aarón, el hermano de Moisés, que se encuentra cerca de Petra.

Por: Terri Nir, Unidos con Israel