Shavuot nunca tuvo el potencial de “comercialización” que otras fiesta judíos - no hay matzá, no hay velas de colores, no hay lulav, ni hay shofar. Es la festividad judía menos conocida.

La gente me cuenta que sufre dificultades y me pregunta por qué Hashem los odia, diciendo: “Si no me odia, entonces ¿por qué me tortura tanto?”.