“Cada quien habla de la fiesta, según cómo le va”, dice un coloquial refrán. Mientras algunas personas no han podido superar el proceso de adaptación en Israel, otras han recorrido un camino difícil pero han logrado amoldarse a las condiciones culturales y económicas del nuevo país que los acoge. La historia de Adriana Dargoltz y su familia es el típico ejemplo de quienes tienen un duro comienzo en elambiente aislado de un kibutz y luego se abren paso en las ciudades israelíes.