Lo que parece seguro es que el ISIS ha cambiado para siempre la práctica del terrorismo. El ISIS nació como una rama de Al Qaeda que empezó a operar de forma independiente en 2013, tras haberse escindido por razones estratégicas y generacionales.

La eliminación de Abubaker al Bagdadi es una batalla ganada. Pero ni por asomo es el fin de la guerra eterna. El islamismo sigue ahí, con toda su variada furia. Hace cinco años, Bagdadi fue proclamado (por sus seguidores) califa, es decir, sucesor del profeta Mahoma. Ni siquiera Osama ben Laden fue tan audaz.

Solo con escuchar a los líderes de Hezbollah, Hamas, ISIS o Al Qaeda basta para tener la certeza de que todas las organizaciones son terroristas, lo único que los diferencia es el nombre de cada una de ellas.