Israel es imperfecta, como todas las naciones en este mundo decadente, pero se cuenta entre las más impresionantes y venerables que jamás se hayan creado.

Libre de restricciones políticas, el presidente finalmente mostró sus verdaderos colores lanzando a Israel a los lobos en una ONU donde el antisemitismo y el sesgo anti-Israel es parte integral de la cultura del organismo internacional.